¿Cuál ha sido tu peor entrevista de trabajo? Quizás el peor escenario de un proceso de selección es cuando no te entrevista un reclutador sino un empleador. Existen negocios y startups que ni siquiera contratan los servicios de un outsourcing y deciden aventurarse al reclutamiento de personal por cuenta propia.
En grandes corporativos, Recursos Humanos ya no es una simple área administrativa y se ha convertido en un departamento importante para la atracción y retención de talento (el núcleo de cualquier empresa).
De acuerdo con Forbes, sólo el 10% de las empresas mexicanas tienen un área de RRHH sólida y el 57% tiene problemas para retener y atraer a colaboradores de alto potencial (según la Encuesta Global de Gestión de Talentos, Compensaciones y Fuerza Laboral, de Willis Towers Watson).
Evidentemente, no contar con un área especializada en Capital Humano multiplicará tales problemas. Te presentamos ocho errores comunes que los “jefes” cometen durante las entrevistas, cuando prescinden de un equipo profesional de reclutamiento.
1. Deficientes condiciones para realizar el encuentro
La primera es la mala actitud del “entrevistador” y va desde “el omnipotente jefe de todo esto” hasta la afabilidad excesiva. Cualquier tono incorrecto en las comunicación con el candidato puede enviar mensajes erróneos.
Otro elemento es el escenario de la entrevista. No contar con una sala de espera o entrevistarlo en la cocina, sólo harán que el candidato pierda interés por la oferta. El espacio y la comunicación son importantes para lograr entrevistas armónicas para ambas partes.
2. No te entrevistan, te venden la empresa
Muchos empleadores comienzan con una introducción sobre la empresa y jamás se detienen. Te mencionan cómo se fundó la empresa, los productos, los clientes, las oportunidades de negocio en el extranjero, la competencia, sus números anuales… y al final sólo te dicen que revisarán tu CV. Las pocas preguntas que formulan son para saber qué tanto sabes de la organización y si has consumido sus productos o servicios. Generalmente, éste es un error que resulta de la intención de hacer atractiva una oferta laboral (que posiblemente tenga “lagunas” e inconvenientes).
3. “Levántame un área desde cero”
Cuando el jefe menciona que “desconoce del área” para la cual serás contratado, significa que no tendrás respaldo técnico. Si cuentas con experiencia es una gran oportunidad; no obstante, muchos recién egresados se enfrentan a estas propuestas.
Con tal de ahorrar el costo de un especialistas, muchos empleadores se arriesgan a entrevistar a personal junior para actividades senior. Durante las entrevistas, insisten sobre la confianza en las habilidades del candidato y aseguran todo el respaldo en recursos. Generalmente, va acompañado con un “queremos que hagas algo parecido a lo que hizo tal empresa”.
4. “Hazme una propuesta y si me gusta te contrato”
Una pequeña prueba es aceptable, pero solicitar tareas que podrían ser remuneradas (como condición para la contratación) es reprobable. Con regularidad, los reclutadores sin credenciales realizan, “involuntariamente”, propuestas que rayan en la explotación laboral. Incluso, ponen sobre la mesa ofertas de salario tan absurdas como el exposure.
5. Revelar “los bastidores” del proceso
Frases como “tengo a otro chico que también puede hacer lo mismo” o “ya seleccione a alguien, pero si no acepta, eres la siguiente opción”, bajan el entusiasmo de cualquier candidato y subestiman su perfil. Un proceso debe ser empático con la situación de los postulantes.
Otra mala práctica es dar información de exempleados (por ejemplo: “tuve un trabajador que no quería quedarse a trabajar después de las 6 y lo despedí”) u hostigar al entrevistado para que revele información confidencial de empleos anteriores.
6. La improvisación en la entrevista de trabajo
Silencios prolongados o desconocer un objetivo son el resultado de esta informalidad. Hojear el CV por primera vez durante la entrevista implica que no se realizarán informes ni se determinaron indicadores. Esto asegura una mala elección de la terna final, al no existir un análisis de los entrevistados (sólo se considera la percepción superficial).
7. El recomendado del empleado
Muchas de esas entrevistas se realizan mediante las redes de contactos de los empleados. Un error común es ver al recomendado como una extensión del trabajador contratado. Contratar ipso facto, con base a la referencia del empleado, aumenta la posibilidad de una pronta renuncia o despido por no cumplir con las expectativas.
8. Batería de preguntas pretenciosas
Haber participado en entrevistas de trabajo como candidato no te da las herramientas para ser entrevistador. El empleador-reclutador no toma en cuenta el objetivo de las preguntas. De acuerdo con Liz Ryan de Forbes, preguntas elementales como “cuéntame tu plan de vida en cinco años” adquieren un tono frívolo sobre la relación superior/subordinado (respuesta de Ryan: seguramente no en tu empresa, ya que me darás un contrato por tres meses).
En resumen, contar con un área de RRHH o contratar los servicios de outsourcing es fundamental para armar equipos de trabajo orgánicos. No basta con saber que el candidato realizará bien su trabajo, se necesita analizar los múltiples factores mediante un proceso de selección profesional.