5 razones para NO terminar una entrevista de trabajo

¿Qué motivos te llevarían a retirarte a la mitad de una entrevista de trabajo? A muchos les parecerá una excentricidad dar el primer paso para “batear” a un empleador; sin embargo, debería ser un escenario posible. El desempleo y la urgencia por trabajar ocasionan que se pasen por alto muchas situaciones incómodas.

Los departamentos de RH deficientes sólo son síntoma culturas organizacionales en crisis. Una “mala” entrevista de trabajo puede mostrarle al candidato la dinámica tóxica en una organización. En el caso de entrevistas por outsourcing, hay posibilidades de que la “experiencia incómoda” no se repita en la reunión con el empleador final.

Una entrevista de trabajo también es la oportunidad para mostrar tus “límites” en el ambiente laboral. Si muestras una personalidad sumisa durante el encuentro, dejarás entreabierta la puerta para la sobreexplotación laboral. A continuación te planteamos algunos escenarios en los que concluir la sesión es la mejor opción.

1. Preguntas hostiles e imprudentes

Recibir a los candidatos con un aviso de privacidad es una obligación durante los procesos de selección. Sin embargo, esto no da acceso a información extralaboral (embarazos, estado serológico y temas sexuales). ¿Cómo saber que una pregunta es inapropiada? Simple, una respuesta comprometería tu privacidad.

Ten en cuenta que podrías estar frente a una estafa laboral; no proporciones accesos a cuentas bancarias, datos específicos de vivienda (escrituración) o información confidencial de tu anterior trabajo (lo que podría ocasionar problemas legales). Si el empleador insiste demasiado en obtener una respuesta, la sugerencia es concluir el diálogo.

2. Informalidad en la entrevista

Esto viene acompañado de un aire “ochentero”, como psicométricos fotocopiados y escritos a máquina de escribir. Tampoco esperes siempre “traje y corbata” en el entrevistador, pero debe notarse un mínimo de seriedad en el encuentro. Un reclutador que envía a su asistente o becario, risas frente al entrevistado, más de dos horas para comenzar el encuentro o citas relámpago son algunos casos en los que la cancelación está justificada.

3. Actitud arrogante del entrevistador

Aunque se trate de tu futuro jefe directo, una entrevista es el peor momento para el lenguaje hostil. “Poner a prueba” al entrevistado para ver si “aguanta vara” es una mala práctica que debería hacer huir a cualquiera (la mayoría de las veces no sucede). El liderazgo es una característica obligada para reclutar al nuevo talento.

4. Te llamaron a entrevista, “pero no cumples con el perfil”

En muchos casos viene acompañado de la subestimación del historial laboral, de tipo “¿sólo eso hacías en tu trabajo?”.

Antes de salir del lugar, intenta pregunta al entrevistador:¿leyeron mi perfil antes de contactarme?” También sucede cuando después de una primera entrevista con el outsourcing, el empleador directo no tiene problema para mencionar a “los incompetentes postulantes que envía la subcontratadora” (incluido tú).

5. Discriminación insinuada

“¿Has trabajado con mujeres?”, “buscamos personal con aspecto caucásico”, “¿piensas embarazarte pronto?”, “¿así hablas siempre?” o “aquí trabajan muchos hombres y no queremos problemas” son algunas sentencias que disfrazan actitudes discriminatorias. Esto depende de la cultura inclusiva que la empresa tenga.

En un país con alto nivel de desempleo, es difícil rechazar una oferta laboral. Pero si la entrevista augura un inminente rechazo, lo mejor es manifestar inconformidad y concluir la entrevista a la brevedad.

¿Alguna vez te has retirado a la mitad de una entrevista?