De acuerdo a la Secretaría de Salud, el Trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un síndrome desencadenado por una experiencia traumática, violenta o cercana a la muerte (ya seas actor o testigo).
En un trabajo, las posibilidades de padecerlo son variadas: mobbing, un despido no esperado, siniestros en la oficina o una agresión. El TEPT se manifiesta durante los primeros tres a seis meses después de ocurrido “el evento”.
El problema es que se puede padecer estrés post-traumático sin ser diagnosticado ni tratado, lo cual empeora la situación. Los signos del trastorno son:
- Altos niveles de ansiedad. En ocasiones, viene acompañado por problemas del sueño.
- Retraimiento social y conductas repetitivas.
- Pensamientos intrusivos o revivencias. Estos pueden estar compuestos por recuerdos de eventos traumáticos, flashbacks o pesadillas.
- Comportamiento agresivo y fácilmente irritable.
- Recurrencia de guiones mentales (“A” lleva forzosamente a “B”). Significa que el paciente esperará anticipadamente respuestas agresivas o amenazantes.
- Catastrofización de situaciones comunes (siempre pensará lo peor).
- Inseguridad o autoestima baja (en caso de mobbing).
- Además, la vida afectiva fuera del trabajo también se ve afectada.
¿Cuál es la solución?
Aunque la terapia es importante, esta debe ir acompañada de un constante apoyo de amigos y familiares. Existen distintos tipos de sesiones: cognitiva conductual (para cambiar patrones de pensamiento), terapia de exposición (permite confrontar situaciones de estrés), de procesamiento cognitivo (ayuda a controlar emociones), de psicodinámica (para detectar detonantes actuales de angustia) y grupos de apoyo.
Bajo ningún motivo intentes la automedicación. Todo tratamiento médico que acompañe a la terapia debe estar aprobado. Los medicamentos deben cumplir con la función de disminuir la ansiedad.
Otras acciones que podrían ayudar a disminuir el TEPT son:
El primer consejo es: “Cambiar de vida” no es huir. En muchas ocasiones, demostrar “valentía” lleva a las personas a permanecer bajo constante ansiedad. En efecto, confrontar tus miedos es sano… pero en ambientes seguros. Abrir tu panorama te permitirá entender que no todos los sitios son amenazantes.
Busca a amigos y familiares sin crear lazos de dependencia. El aislamiento es el peor camino. El beneficio es no sentirse solo durante el proceso de recuperación. Las relaciones sociales pueden ayudarte a superar “el evento”.
Si conseguiste un nuevo empleo, vincúlate con tus nuevos compañeros sin prejuicios. Intenta omitir los guiones mentales y el pensamiento catastrofista para tener una mejor interacción.
Relajación y ejercicio. El TEPT también puede llevar a graves problemas de salud física. Los beneficios de un “cambio” de vida llevan a la regeneración de tus organismos. Realiza actividades de tres a cinco días a la semana, con duración de 15 a 30 minutos. Si ejercitarte no es posible, podrías sustituirlo por yoga, meditación o masajes.
Descanso extremo. El sueño suficiente (siete a nueve horas) debe estar acompañado de un nirvana mental. Reduce tu presencia social media y evita las noticias alarmantes. Disminuye el consumo de cafeína y adopta una dieta saludable.
Para terminar, el mejor tratamiento es HACER DE TU EXPERIENCIA UNA AYUDA PARA LOS DEMÁS. Esto es por dos razones: primero, para liberar estrés y, segundo, para construir grupos de ayuda. La comprensión al 100% sólo puede experimentarse con personas en la misma condición. Este es el primer paso para la prevención… quizás, podrías generar un movimiento y transformación social.