Seguramente muchas veces en tu vida laboral has tenido momentos de estrés. Cuando un proyecto importante está en puerta y quieres sobresalir, la carga de trabajo puede llegar a ser tanta que tu cara y estado de ánimo no son los mejores.
Pero en esta ocasión no se trata de ti, sino de un compañero de trabajo que pueda estar pasando por la misma situación: se ve preocupado, apurado, de malas, y si le hablas en el momento o en la situación errónea puede haber problemas.
En el #trabajo, ¿eres quien resuelve problemas o quien fortalece a la empresa? https://t.co/ZVARfbmkP3 pic.twitter.com/gDxBhKyQ0y
— OCCMundial (@OCCMundial) 6 de junio de 2017
Decirle que se calme no es la mejor solución: tal vez resulte lo contrario, que se estrese más. Aquí tienes 4 formas inteligentes de ayudarle en esos momentos:
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Te toca ser el “oyente asignado”
Con tanto estrés, tanto trabajo, tanto todo, al final de un mal día lo único que necesita una persona es hablar y hablar y hablar y desahogarse.
Sólo muéstrale ese apoyo. Sin juzgar, sin aconsejar, sin nada. Sólo concéntrate en escucharlo(la) y hacerle saber que cuenta contigo.
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Sé empático
La empatía es una de esas habilidades blandas (soft skills) que no todos desarrollamos pero que todos deberíamos hacerlo. Hazle saber a esa persona que entiendes lo que siente –porque te ha tocado vivirlo– y actua de un modo en el que se sienta acompañado, entendido y respaldado en las decisiones que tome.
¿Has tenido alguna de estas? ¡Cuidado! ⚠ https://t.co/NPVqG0rExE pic.twitter.com/DgYXNjeNPw
— OCCMundial (@OCCMundial) 26 de mayo de 2017
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“¿Cómo te ayudo?”
No se trata de hacer sus actividades ni mucho menos. Casi siempre una persona estresada lo menos que pedirá será ayuda, pero si escucha un “¿Puedo ayudarte en algo?” o “¿Tienes algún pendiente en el que pueda hacerte más fácil la vida por hoy?” seguro se sentirá mejor. Quizá de principio no acepte la ayuda; sin embargo, lo tendrá presente y en determinado momento seguro aceptará.
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Respira, respira, ¡respiraaaaaaaa!
Está científicamente comprobado que la risa y la respiración son actividades que ayudan a que nos relajemos y miremos con mejor pespectiva las cosas. Así que si tienes la oportunidad de invitar a tu compañero a respirar o a decir algún chiste que le reste tensión al ambiente, no dudes en hacerlo.
Al igual que en el punto anterior, es posible que de momento se niegue a hacerlo, no obstante, al final todos siempre queremos quitarnos la ansiedad y darle paso a una sonrisa.
¿Conoces la #InteligenciaEmocional? Mejora tus relaciones en el trabajo. Conoce cómo aquí ? https://t.co/nIhdMfAw0g pic.twitter.com/rAhLYcCqo4
— OCCMundial (@OCCMundial) 24 de mayo de 2017