Confía y no te resistas, porque si tú te resistes la vida se encarga de moverte. Date cuenta cuándo generas resistencia y qué tan abierto estás a fluir.
A todos nos ha pasado que de pronto queremos recordar algo; dónde dejamos un objeto, el nombre de alguien, una película, una canción y durante un largo rato nos decimos: ¿cómo se llama?, ¿dónde dejé tal cosa? Y entre más nos esforzamos por recordar menos ocurre.
Pero en cuanto dejamos de resistirnos a la idea o al esfuerzo por traer la respuesta a flote, de la nada llega en el momento menos esperado.
También te ha pasado que dices: “ojalá que no me hagan tal pregunta en el examen”, ú, “ojalá que no aparezca tal persona” y de pronto, te preguntan eso que no querías o aparece a quien te resistes a ver. Ese es el juego del resistir y del fluir.
En otra escala, a veces entre más nos esforzamos por conseguir algo menos llega, porque no es el momento, porque quizás no sea parte de nuestra experiencia ahora o porque probablemente es algo que hoy no podríamos contener o porque a lo mejor nunca será para nosotros porque tenemos la posibilidad de atraer algo mejor.
El punto aquí es observar cuando generamos resistencia y qué tan abiertos estamos a la experiencia del fluir sin que el término se malentienda.
Como siempre, partiremos recordando que somos seres completamente vibracionales, somos frecuenciales, y que de acuerdo a nuestro pensamiento y emoción como lenguaje del inconsciente es que atraemos a nuestra vida circunstancias, personas y mucho de lo que nos rodea.
Es muy cierto que por vibración, por frecuencia y evolución hay tantas cosas que ya no pertenecen a nuestro aquí y ahora robándole perfección al momento y atrasando la llegada de eso que anhela realmente nuestra alma, de esos deseos profundos del corazón.
Pero, ¿qué es eso que probablemente muere por irse y no nos terminamos de dar cuenta?
ESE EMPLEO QUE NO DISFRUTAS
Hay empleos que paradójicamente son todo un bloqueo para nuestra abundancia, porque los seres humanos tenemos un cofre de talentos y virtudes que esperan por ser utilizados para nuestra trascendencia y por miedo nos resistimos a movernos,
Sentimos que si dejamos ese empleo seremos incapaces de desarrollarnos en otro ámbito, porque tenemos miedo al “no comer”, cuando ni los pájaros ni los árboles ni cualquier otro elemento de la naturaleza dejan de alimentarse.
Confía y no te resistas, porque si tú te resistes, la vida sola se encarga de moverte.
Venimos a gozar, basta con empezar a confiar de una vez por todas, porque sólo cuando nos atrevemos con todo y miedo, es entonces cuando las puertas se abren, no antes.
ESA RELACIÓN TÓXICA
Si tu pareja se quiere ir, permítelo, deja que se vaya y que haga sus maletas, no te apegues, porque cuando nos apegamos vibramos carencia y nuestra vida se llena de miseria.
El amor es fácil, es fluido, llega y se posa como una mariposa.
No te resistas a una vida plena y amorosa, más bien enfócate en experimentar el amor desde distintas vertientes. El amor se manifiesta de mil maneras y los seres humanos somos viajeros en este plano.
Imagínate que la vida es como un tren, encontraremos sonrisas y abrazos y experiencias con un sinfín de pasajeros en muchos vagones, pero realmente hay personas que se tienen que ir así que no te resistas a que alguien se vaya.
Es hora de dejar de repetir patrones, es hora de dejar ir.
RECUERDOS QUE DUELEN
Cierto es que hubo eventos dolorosos, ausencias, pérdidas, palabras lacerantes que un día alguien dijo desde su propio contexto, experiencia y con sus muchas veces nulas herramientas, como es normal y ocurre a menudo con nuestros padres.
No te resistas y cae en cuenta de que cada quien hace lo mejor que puede con lo que tiene, ellos tienen su propia historia y todo eso te conforma, ellos hicieron su tarea y cumplieron con su misión que fue darte la vida.
¿Has pensado en todo lo que tuvo que ocurrir para que llegaras aquí en la infinitud de posibilidades dentro de este vasto universo?
Gracias a ellos eres único e irrepetible, mucho de lo demás depende de ti, eres el adulto que has querido ser, así que, deja de resistirte y culpar a las circunstancias y a quienes te rodean y asume tu propia responsabilidad.
Tu capacidad de amarte es inmensa y si bien es cierto que hay creencia de merecimiento y autoestima que nuestros padres refuerzan, sanar mucho de eso depende de ti, así que, honra a tus padres y a todas las generaciones que vienen detrás.
MIEDO
Observa la calidad de tus plegarias, tantas veces es un reflejo más del miedo y las resistencias que de la certeza y del fluir. Tantas veces oramos desde un pedir enfermizo, como si el efecto estuviera basado en la cantidad de repeticiones.
Muchas veces es más bien el deseo de controlar lo que aflora, cuando para pedir primero hay que soltar, hay que dejar de resistir y caer en rendición para fluir desde la gracia, sólo cuando dejamos de resistirnos es que aparecen las soluciones, sólo cuando honramos nuestros límites y experimentamos la humildad es que nuestra oración surte efecto.
Al final nuestras plegarias siempre son escuchadas pero no todas atendidas, sí solo sí es para nuestro más alto bien eso que añoramos. Un curso de milagros dice que los milagros son naturales y que si muchas veces no ocurren es porque algo no anda bien.
Me doy cuenta por las sensaciones corporales que me genera el miedo, el cuerpo siempre va a ser el mejor indicador, si mi cuerpo me habla a través de una incomodidad en el estómago por ejemplo, esa ansiedad que es capaz de provocarme llano, la taquicardia, la baja presión o deseo de dormir por evasión inconsciente; el miedo muere por irse, no te resistas y confía.
Es importante que tampoco esto significa que el miedo no sea útil, finalmente el miedo nos invita muchas veces a actuar con mesura y prudencia, conviene mirarlo a los ojos y abrazarlo pero no permitas que te domine, no te resistas a la libertad ni al experimentar la confianza, más bien deja que ese miedo se diluya en tu propio poder, no hay nada más real que esa dotación de poder personal que se contrapone al miedo y que es parte de nuestra sustancia divina.
Y así tu puedes hacer una lista inacabable de todo eso que muere por irse, basta con cerrar los ojos e indagar, explorar dentro tuyo, preguntarle a tu cuerpo que es sabiduría organísmica pura: ¿qué muere por irse y yo me resisto a que eso ocurra?
¿Y cómo hacer para no resistir?
El agua va apacible, el agua no se resiste y bordea cada obstáculo, el agua fluye.
La vida es eso, un constante fluir, y fluir no es tomar la vida como viene, no, no, no, no se trata de “dejarlo todo en manos de Dios”… está en tus manos y cuando tú le pides a un ser superior, también te estás pidiendo permiso a ti, la divinidad habita en ti, y cuando pides desde la carencia, la desesperación y la zozobra menos llega lo que pides porque no estás confiando, sino por el contrario estás generando resistencia.
Fluir es tomar los ingredientes que la vida nos da diariamente para con eso hacer una receta, y amorosamente trabajar, fluir es abrir las manos y recibir lo que la vida nos ofrece y desde ahí sazonar nuestra existencia sin quejarnos de lo que hace falta.
Fluir es soltar el “ya lo sé” para abrirnos a “hay más”, y cuando soltamos el “ya lo sé”, se abren infinitas posibilidades.
Hay una fuerza que nos está sosteniendo nos demos cuenta o no nos demos cuenta. Si tienes duda pregúntate: ¿quién hace que mi corazón lata? ¿quién digiere mis alimentos?
La vida nos repite lo mismo con mayor volumen y nos va llevando a lo que realmente nos hace felices aunque el proceso sea doloroso.
Y así, cuando haces lo que te toca abrazando lo que llega, sin resistencias, como un entretejido perfecto van acomodándose los hilos: llega la persona indicada que te dice justo lo que necesitabas, el libro que habla dando respuesta a la pregunta más profunda y existencial de tu corazón, una sonrisa que te cambia el día, un encuentro mágico con alguna persona desconocida etc.
El agua se adapta siempre: cuando está en un hueco se remansa, cuando llega un plano se desliza, cuando hay pendiente corre y siempre con perfecta naturalidad. Nada más blando que el agua y, sin embargo, vence lo más duro: rompe acantilados y erosiona valles.
Cuando el agua está quieta es un espejo. Nadie se mira en aguas turbias. Así, la mente solo entiende y refleja con precisión el mundo cuando está calmada.
Todas las experiencias se deben de abrazar porque nos conducen a la evolución, y cuando soltamos, confiamos y nos despegamos todo llega fácil y llega la magia.
Por: Rosario Cardoso
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