La metáfora de la aspirina o vitamina surgió en el mundo de la mercadotecnia para explicar la «razón de ser» de los productos y pensar en la publicidad que debía hacerse de ellos: ¿resolvían un problema «doloroso» de la gente de manera inmediata? o ¿aumentaban su «rendimiento» en una actividad, aunque no fuera de modo instantáneo?
La analogía no requiere de más explicación. Funcionó. Y como sucede con otras ideas, ésta salió de su lugar de origen para llegar a otros terrenos, como el de Recursos Humanos, y explicar más o menos lo mismo.
En el ámbito laboral la retomó la especialista en asesoría profesional J. T. O´Donnell y la aplicó al tema de las personas que buscan empleo: ¿eres de los que va a las entrevistas y les dice a los reclutadores por qué serías la solución para su empresa? o ¿eres de los que va y habla de sus cualidades para impresionar al interlocutor?
Por otra parte, en el trabajo de todos los días, ¿para qué sirve ser aspirina o vitamina?
Aspirina
No vayamos tan lejos: si un día quieres ocupar una posición alta en el lugar en el que trabajas debes aprender a resolver problemas. ¿Por qué? Porque son valoradas las personas que dan respuestas ante situaciones inesperadas o nuevos retos.
Pero no hay que confundirse, esta no es una habilidad que sólo sea útil en puestos gerenciales o directivos. Hoy podrías ver miles de vacantes con salarios desde $5000 y hasta $80 000 que, literalmente, entre sus requisitos, piden a los candidatos la destreza de solucionar dificultades.
¿Y exactamente a que se refieren? A que tengas la disposición para evaluar por qué las cosas van mal en cierto momento o circunstancia, pienses las diferentes maneras de actuar y tomes decisiones eficaces y rentables (ya sea en términos monetarios o de tiempo).
Sí, a «diagnosticar y aliviar los dolores de la empresa».
Por supuesto, no a todos los trabajadores les inspira ni todos están hechos para esto; pero hay a quienes les motiva el desafío y les permite dar un extra en sus actividades para sobresalir laboralmente.
3 cualidades que tienen estas personas: escuchan atentamente, son de pensamiento ágil y saben conectar emocionalmente con los demás para resolver preocupaciones.
Vitamina
Tampoco iremos tan lejos: si un día quieres ser un líder en el lugar en el que trabajas debes aprender a innovar. ¡¿Qué?! ¿Entonces es casi lo mismo que ser aspirina? No.
A diferencia de la habilidad anterior, en esta no debes esperar a que surja un problema para pensar una solución y ejecutarla. Aquí más bien se trata de ser proactivo, de ver la forma en que podrías hacer más sencillas las cosas y que pongas manos a la obra para obtener los mismos o mejores resultados en tus actividades.
Pensarás que eso no es tan relevante como «aliviar dolores», pero claro que lo es: en la actualidad se están dando tantos cambios tecnológicos y sociales que sólo las empresas que se adaptan y encuentran la manera de seguir siendo atractivas para sus clientes son las que sobreviven en el mercado. Y para eso necesitan personas innovadoras.
No por nada muchos de los líderes que hoy son exitosos y los encuentras en congresos, conferencias y espacios digitales hablan siempre de esta característica como algo que los hizo triunfar en su trabajo.
3 cualidades que tienen estas personas: son observadores, siempre están pensando cómo ir un paso adelante de todo y utilizan su creatividad para encontrar soluciones.
¿Y qué es mejor: ser aspirina o vitamina?
Habrás notado que una tiene que ver con la otra y que, en realidad, ambas son compatibles. Lo ideal es que practiques las dos (si ya lo haces, ¡enhorabuena!) y que las compartas con tu equipo de trabajo. Pero si gustas concentrarte en alguna no hay ningún problema. Lo importante siempre será que muestres un plus en tu empleo y colabores de forma positiva en mejorar los resultados de tu empresa.