5 cosas que no debes hacer este 14 de febrero en la oficina

14 de febrero en el trabajo

Termina enero y hay dos fechas que importan a todo mexicano: el 2 y el 14 de febrero. Pasada la indigestión por abuso de tamales, inicia la euforia por el día de San Valentín. La celebración tiene sus orígenes en la Antigua Roma.

El 15 de febrero se celebraban las Lupercales, fiestas en honor de Luperco (deidad protectora de los pastores y sus rebaños). Durante tres días, se realizaba un festival de purificación y fertilidad en el Monte Palatino (donde la loba había amamantado a Rómulo y Remo). El ritual consistía en matar a dos machos cabríos y un perro, bañarse con la sangre y azotar a mujeres con tiras de cuero.

Como la Navidad y las Saturnales, se decidió en el año 494 convertir a las Lupercales en una celebración católica. Aprovechó el tono erótico-festivo del festín para instaurar el día de los enamorados en honor de San Valentín (¿cuál?, no se sabe). En el siglo XX, la iglesia decidió eliminar el Día de San Valentín de su calendario oficial.

Sin embargo, fue en el siglo XIV cuando un poema de Geoffrey Chaucer popularizó la celebración. ¿Recuerdan Los cuentos de Canterbury de Pier Paolo Pasolini? Pues el mismo autor jocoso es el artífice involuntario de la conmemoración.

El amor contemporáneo es un concepto inventado en Occidente, resultado de varias contribuciones del arte: desde las novelas de caballerías y el amor cortés, hasta el cine hollywoodense. De acuerdo con la BBC, los estadounidenses gastan en regalos más de $18.900 millones de dólares, (según datos de la Federación Nacional de Comercio de EE.UU).

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Es decir, San Valentín es una fecha de la que no puedes escapar. A continuación, te decimos 5 cosas que no debes hacer ese día para sobrevivir a una intoxicación de globos y carros con post-its.

1. Buscar novi@ express en la oficina. Lo sabemos, tu familia y amigos meten demasiada presión para que encuentres novi@, pero eso no justifica aventurarte a la “caza” de pareja en la oficina. Una buena idea sería armar una salida entre amig@s para ir por unos drinks en la noche. Eso te dará mayor libertad sin comprometer las relaciones con tus compañeros de trabajo.

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2. Autoenviarse flores. Aunque lo trates de ocultar, siempre se notará cuando esa docena de rosas no tienen remitente. Empoderate y que no te preocupe “el qué dirán”. No caigas en las exigencias sociales. Si no has necesitado novi@ en todo el año, tampoco lo requieres ese día.

3. Competir con tus compañer@s en el “a quién le enviaron más regalos”. Suena a película de Adam Sandler, pero es un escenario común que los escritorios se conviertan en mostradores de papelería (sin límite de capacidad).

NOTA AL MARGEN: Si planeas recibir flores en la oficina, investiga con anticipación si alguien es alérgico. Por experiencia personal, podrías evitar arruinar ese día a otra persona.

4. Regalar cosas a tus compañeros (y sobre todo, cuando los conoces de vista). ¿Para qué gastar tu dinero en gente que ni siquiera sabe tu nombre? Aunque la intención sea socializar, quizás ocasione todo lo contrario. Las interacciones en un espacio de trabajo son inexplicables y peligrosas; lo mejor es mantenerse al margen. Sólo obsequia presentes a  quienes realmente estimes.

5. Evidenciar tu esnobismo. Si no te gusta San Valentín, “vive y deja vivir”. No arruines a las demás personas su felicidad (por muy comercial y frívola que la consideres). Esto aplica también para las personas que recién terminaron una relación: ¡no arruines el “amor en el aire” con tu sufrir!

Esperamos que te sirvan estos tips de sobrevivencia. Cuéntanos, ¿cuál es el San Valentín más memorable que has tenido?