Son tantos y tantos los momentos en los que nos ausentamos del presente y dejamos de disfrutar, nos apegamos a experiencias pasadas o nos preocupamos mucho por el mañana.
Sé que en general siempre te hago la misma invitación: arráigate y mantente presente.
No es porque sí, es una gran receta y me parece que las cosas más naturales son las más sanadoras y que como dicen los grandes sabios, cuando nos rendimos ante lo que es sin pretender cambiar nada llega la paz y cuando llega la paz nos abrimos a un sinfín de posibilidades, nos damos cuenta que es mas poderosa la curiosidad ante lo que viene que el miedo y la incertidumbre.
En la terapia psico-corporal, el arraigo es muy importante para estar en este estado presente y bajar el ritmo de una mente ansiosa
El arraigo se trata de bajar de la mente al cuerpo y hacerte consciente de tus sensaciones corporales para entrar en contacto con el presente inmediato, es como hacer cable a tierra.
Funciona muy bien cuanto sientes algún ataque de ansiedad, miedo y en momentos previos a una entrevista de trabajo o algún evento o encuentro importante.
¿Pero cómo se hace el arraigo?
Únicamente habrás de ponerte de pie con las rodillas microflexionadas y los pies a lo ancho de los hombros, los brazos sueltos a los costados con toda la atención en tu respiración, relajando la mandíbula y soltando el cuerpo.
Si lo haces de manera consciente enfocándote en tu sentir corporal, podrás reconectar con tu energía vital y esto te hará darte cuenta de tus anhelos más profundos y necesidades inmediatas.
Parecería obvio que sabemos lo que necesitamos, sin embargo no lo es pues muchas veces por estar ajenos a nuestro cuerpo y ausentes al presente terminamos por enfermarnos, porque “no nos dimos cuenta” que algo estaba pasando, o repetimos una dinámica porque no pusimos la suficiente atención como para darnos cuenta que ya habíamos tropezado con alguna situación similar.
El presente tiene suficiente poder como para sanarnos, así que la próxima vez que sientas que tu mente vuela a un lugar desagradable y además inexistente piensa que tus pensamientos es lo único que está bajo tu control, que si bien no puedes cambiar la realidad sí puedes cambiar cómo y desde la abordas, y al arraigarte podrás recuperar tu energía y tu poder desconectándote de cualquier fantasía catastrófica.
Cuando no sepas qué hacer sólo arráigate, respira y vuelve al presente.
Por: Rosario Cardoso
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