Millonarios del mundo que fueron “malos” estudiantes

No necesitas haber sido el más listo del salón para triunfar en los negocios

Averigua por qué…

Si tienes en mente iniciar a una licenciatura, después una maestría y continuar y continuar estudiando con el único fin de ser millonario, probablemente en alguna parte del camino veas que esa no es la fórmula mágica para lograrlo.

Obtener un título profesional claro que puede ser una oportunidad para acceder a un mejor empleo y una mejor calidad de vida, lo mismo con las maestrías; pero imaginar que todo emprendedor que triunfó –o triunfa– en los negocios se preparó de esta forma para obtener altos salarios y después comenzar con sus ideas empresariales es distinto.

Si tu idea es fundar una pyme y para ello piensas que te falta más preparación, tal vez sea un buen momento detenerte y replantear tu estrategia.

Hay muchas cosas que tienen en común los adinerados de la actualidad: liderazgo, espíritu competitivo, un lugar en las listas de las personas con más dinero en el mundo, popularidad, poder… Sin embargo, algunos comparten otras características menos habituales:

  • No fueron los mejores estudiantes
  • Se les podría considerar unos rebeldes con causa

 

Richard Branson

Empezó a fundar empresas desde los 16 años y sus comercios crecieron como la espuma desde entonces. Hoy, con 64 años, es dueño de más de 360 marcas y se le considera uno de esos magnates irreverentes: ha buscado invertir en temas espaciales, en el sector de bodas, telefonía móvil, etcétera, cuando en sus inicios más bien se dedicaba a la compra-venta de discos musicales.

¿Cuenta con una carrera universitaria? No.

¿Qué causa tuvo para dejar la escuela? Comenzaba el proyecto de una revista que le entusiasmaba más que tomar clases; le pidieron que decidiera entre ambas cosas y se inclinó por la primera.

¿Recomienda a los nuevos emprendedores estudiar? Sí: los mercados y las sociedades han cambiado a como eran en los años 70 (cuando él inicio) y considera que estudiar te ayuda a entender las necesidades del negocio actual.

 

Bill Gates

Sus pasiones eran la programación y la velocidad, por eso dejó las aulas de Harvard y se puso a trabajar en softwares todos los días, casi hasta el amanecer. También se distraía corriendo automóviles y siendo arrestado por acelerar más allá de lo permitido.

Siendo cofundador de Microsoft, fue considerado por muchos años el hombre más rico del mundo.

¿Terminó la universidad? No. En 2007 recibió un título honorario, pero fue por su exitosa carrera empresarial.

¿Qué causa tenía para dejar la escuela? Uno de sus compañeros –y amigos– lo convenció para abandonar los salones y formar una empresa de tecnología. El tiempo les daría la razón.

¿Qué les aconseja a los estudiantes de ahora?

Que no ganarán 60 mil dólares al mes justo después de graduarse.

Bill Gates, CEO of Microsoft, reclines on his desk in his office soon after the release of Windows 1.0. 1985 Bellevue, Washington, USA

 

Roman Abramovich

Este magnate es dueño de un equipo de fútbol inglés y el mayor comprador de yates del mundo. Sin embargo, de dos universidades rusas a las que se dice que asistió, ninguna puede afirmar que así haya sido.

Su habilidad para invertir en diversos sectores económicos (construcción, metal, aluminio, seguros, coches, bancos, entre otros) habla de una persona que constantemente se actualiza, aprendiendo nuevos temas para mantenerse vigente en cada uno de sus negocios.

Como verás, hay habilidades que como tal no se aprenden en la universidad. También podrás notar en los ejemplos de arriba que los empresarios han necesitado convertirse en especialistas del rubro en el que ingresan dinero para tener éxito con sus ideas.

Ese es, precisamente, el aporte de las universidades para las personas que quieren emprender en los nuevos tiempos: entender las problemáticas y las oportunidades de mercado que pueden abrirse y la manera de aprovecharlas al crear una compañía.

No necesitas ser un estudiante brillante para emprender y triunfar en los comercios; pero claro que acompañar a las ideas y al esfuerzo con una formación profesional sólida puede ser una gran combinación.