No me habría imaginado que mis planes navideños se reducirían a un brindis por zoom, todo ha sido tan radical e insospechado este año que estoy segura nos hemos convertido en personas más resilientes.
Hemos crecido y pienso que no todo ha sido malo y si estás leyendo esto tienes mucho para agradecer sin duda alguna.
La realidad es si tomamos todo esto con filosofía, nos daremos cuenta que salir de nuestra zona de confort y cambiar en todos los sentidos ha sido un gran regalo, aunque parecería que fue a causa de una zancadilla de la vida, esta era por ahora la mejor forma para transformarnos y sacar lo mejor de nosotros en medio de la crisis y el miedo.
Creo que no es tan sencillo que decidamos levantarnos de un sofá cómodo, necesitamos de una dosis de estrés para que de nosotros emerja la voluntad necesaria para intentar algo distinto, para movernos hacia otras direcciones, para rompernos y rearmarnos en una mejor versión, pensándolo bien éramos ya un poco obsoletos.
Siempre que el año está por terminar comienzo a inventariar y es la invitación que quiero hacerte el día de hoy.
Cada que en terapia alguno de mis consultantes siente miedo avasallador, una de mis maneras de trabajarlo es invitándole a hacer una lista de todos esos eventos y personas no sólo que marcaron su vida, sino que también redireccionaron su brújula y le llevaron hasta donde está el día de hoy.
¿Cuáles son esas experiencias que tú has vivido de las cuales no sabías cómo salir adelante y sin embargo lo hiciste?, ¿qué es aquello que nunca creíste conseguir y sin embargo lo lograste?
Toma lápiz y papel y escríbelo, verás que la lista será larga, así que si este año las cosas no han salido como hubieras querido piensa que ya has estado aquí antes y tienes todas las herramientas para trascenderlo una vez más.
Por otro lado, ¿qué podrías comenzar a agradecer a lo largo de estas semanas de cierre?
Haz tu contabilidad de manera objetiva, sacúdete la queja un ratito y enfócate en todo lo bueno.
Escribe sobre tu valentía, sobre esas decisiones complejas que pudiste haber tomado, sobre las personas que conociste, lo que estás soltando, todos esos ajustes que llegaron para quedarse sin dejar del lado los placeres de la vida cotidiana como el café de la mañana, tu empleo o fuerza y persistencia para encontrar eso que hoy necesitas.
Respecto a los demás, ¿Qué se llevó puesto la gente de ti?
Sí, todo el tiempo las personas se llevan algo de nosotros y no somos tan consciente de eso, así que seriamente pregúntate: ¿qué diste a los demás?, ¿qué se está llevando de ti tu equipo de trabajo, tu familia y tus amigos? Todas las cosas bonitas que damos a los demás nos expanden y vuelven multiplicadas, así que decide si quieres ser recordado por inyectar ánimo y amor y no solamente juicios.
Espero que estas preguntas le den un giro a tu mente y te reconecten con tu capacidad creativa para diseñar tu hoja de ruta. Hay mucho para ti.
Por: Rosario Cardoso
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