Todos los estudiantes y trabajadores de alto rendimiento conocen las bebidas energizantes, uno de los “mitos” más grandes en la cultura del esfuerzo. ¿Son verdad los riesgos a la salud? De acuerdo a una famosa marca de bebidas, una lata de energizante sólo contiene 47 mg de cafeína (la misma cantidad de una taza de café). No obstante, los científicos insisten en los riesgos y afirman que las dosis reales son mayores.
¿Qué contienen estas bebidas? Otros ingredientes que se suman a la cafeína son vitaminas, taurina, altos niveles de azúcar y ginseng (una raíz estimulante con beneficios para la salud, en su forma natural). Con esta mezcla, una lata de 250 ml genera montañas rusas energéticas en los consumidores.
De acuerdo a un estudio de la American Heart Association, durante los primeros 10 minutos después de la ingesta, la cafeína va al torrente sanguíneo y provoca aumento en el ritmo cardíaco (con posible arritmia). Posterior a los 15 minutos, inician los efectos “energéticos”: alta concentración y alerta a corto plazo.
Las dosis saturadas de azúcar representan daños para el hígado y los dientes. Pasado el efecto de la cafeína, sigue un descenso en los niveles de azúcar en la sangre (razón del “bajón” posterior). Otros daños colaterales del consumo diario son: aumento de peso (resultado de la “bomba” de carbohidratos simples), insomnio (por la función estimulante de la cafeína) y condiciones crónicas.
De acuerdo a la calculadora de cafeína de Caffeine Informer, la cantidad de energizantes límite promedio se determina por el peso de la persona. Por ejemplo, un individuo que pesa 70 kg (y tiene buen estado de salud) puede consumir un máximo de 5 latas por día (de 250 ml con 80 mg de cafeína). Esto se modifica de acuerdo al estado clínico del consumidor. Personas con sobrepeso, enfermedades cardiovasculares o vida sedentaria deben reducir su consumo a una lata por día.
Algunas personas suman a los energizantes Adderall u otros medicamentos, duplicando las posibilidades de colapso. Una vez vez iniciado el consumo regular de la bebida, se deben mantener las dosis fijas. Variar las cantidades lleva a padecer síndrome de abstinencia a la cafeína. Dolores de cabeza, migrañas y ansiedad son parte de los síntomas. El consumo diario puede provocar insomnio, diabetes tipo 2 y vómito.
Si tu problema es la falta de energía en el trabajo, la mejor opción es recuperarla con energizantes naturales o actividades saludables. Éstas son algunas opciones:
- Paseos breves fuera de la oficina. La luz solar aumenta los niveles de serotonina. Además, el ambiente laboral podría estar mermando tu ánimo para trabajar. Respirar un poco de aire fresco te vendría bien.
- Hidratación constante.
- No consumas guaraná. Productos naturistas lo ofertan como alternativa a los energizantes. Sin embargo, el nivel de cafeína es superior al de cualquier planta y produce los mismos efectos secundarios de una bebida enlatada.
- Té de ginseng. Muchas bebidas estimulantes contienen esta raíz. Su forma natural te da mayores beneficios, ya que regula el colesterol y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Semillas de chía. Con el boom hipster, hace un par de años se puso de moda esta semilla. La razón fue el redescubrimiento de sus propiedades. Una de ellas es el aporte energético extra. Tiene un sabor compatible con muchas comidas y el doble de potasio y proteínas de bastantes alimentos. Su mezcla con cítricos es un “levanta muertos“ que puedes beber en grandes proporciones.
- Manzana verde. Su uso en las universidades es muy popular. Tiene altas cantidades de azúcar natural, pero ésta es asimilada fácilmente por el organismo.