Confinamiento: un regalo para reinventarte

He estado escuchando muchas historias en torno a este encierro para quienes lo están o estamos viviendo y me parece muy interesante cómo todos tenemos distintos talones de aquiles.

Y es que entre menos soltamos nuestros pensamientos estresantes más resistencia generamos y lo que ocurre es que entre menos nos entreguemos ante lo que es,  experimentaremos más sufrimiento o incomodad.

Cuando no soltamos lo que sentimos, tensamos, y al tensar no permitimos que la vida nos respire.

Creo que esta etapa nos ha dado la oportunidad de hacer terapia ocupacional en muchos casos pero también oportunidad para pensar y descubrir nuevos botones que detonan nuestro cuerpo del dolor a través de la gente que nos rodea o incluso mediante las redes sociales en donde proyectamos tantas y tantas cosas.

Y es que cuando reflejamos nos peleamos con el de enfrente y por eso me parece que están ocurriendo tantos conflictos en algunas familias, sin embargo recuerda que “No hay amigos ni enemigos, sólo maestros” y la familia es sin duda nuestra escuela por excelencia.

Eres responsable de cada emoción y pensamiento.

Creo que esta experiencia es  también una gran oportunidad de expansión como lo he dicho antes,  pues la consciencia está diseñada para crecer todo el tiempo solos o acompañados.

Yo generalmente digo que es igual de complejo estar solo que acompañado, trabajamos cosas muy diferentes pero igual de profundas.

Mientras  escribo esto me doy cuenta que este proceso está siendo también de quitarnos capas y me viene a la mente una anécdota que un día escuché:

Se cuenta que ante la impecable manera de trabajar de Miguel Ángel, la gente cuestionaba su don de esculpir por la belleza sin precedentes de cada una de sus piezas, a lo que él respondía:

“La escultura ya estaba ahí dentro, dentro de esa piedra de marmol, yo lo único que hice fue quitar todo lo que le sobraba”.

Me gusta pensar que la vida constantemente nos está cincelando y que el dolor que nos genera el miedo y la incomodidad es un recurso para quitar todas esas partes que ocultan nuestra belleza y ser esencial.

El dolor exige atención, ir adentro para que con paciencia y humildad desentrañemos cuál es su invitación.

Dicen que la calidad de nuestra vida depende de la calidad de las preguntas que nos hacemos, por tanto, ¿cómo te estás cincelando hoy? ¿qué capas deberás quitar de ti par dar forma a esa mejor versión tuya?

Y cuando te pregunto cómo te estás cincelando me refiero a qué tanto estás disfrutando lo que haces todos los días y cuándo fue la última vez que hiciste esa actividad que realmente te llena el alma.

A veces las personas queremos suficiente algo y ya que lo tenemos no sabemos qué hacer con eso y en esta ocasión pienso en el tiempo o espacios disponibles para meterle al cincel y esculpir también proyectos personales.

Ojalá que te cuestiones mucho, es un buen momento para restaurar y reinventar, para elegir si quieres permanecer donde estás o darte la oportunidad de sembrarte en un sitio nuevo o incluso de aventarte de cabeza con ese proyecto que no deja de rondar por tu mente.

Por: Rosario Cardoso

Soy Rosario Cardoso,  te invito mediante la práctica de yoga corporativo, el desarrollo humano y el mindfulness organizacional, a reconectar contigo y con tu cuerpo, a conocerte y ser tu mejor versión. 

Escucha el podcast “Alma en conexión” con Rosario Cardoso

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