¿Cómo lograr que tu dieta funcione?

¿Te has dado cuenta que cada que piensas en la palabra “dieta”, sin siquiera empezar, ya te predispones a que te va a costar mucho trabajo, te vas a morir de hambre y que seguramente no la vas a aguantar? Y claro, es una decisión tan difícil de tomar, que el mejor pretexto es: “ok… el lunes empiezo”.

No entres en pánico, aquí desmenuzaremos esa palabra para que todo se facilite.

Primero que nada, considera que muchos expertos en el tema coinciden en que la mejor dieta es la más equilibrada, la que incluye alimentos de todos los grupos: carbohidratos, proteínas, frutas, grasas vegetales y verduras.

Sin embargo, pese a que también lo has escuchado más de mil veces, es probable que sigas empeñada en hacer la dieta que te recomiendan, la que está haciendo tu amiga y que supuestamente es “la mejor”, la “más efectiva” y con la que “de seguro -con toda certeza” bajarás esos kilos que -por más que lo intentas- siguen siendo muy difíciles de eliminar.

Existen dietas de todo y para todo, la de la Luna, la de la papaya, la de los puntos, la de la toronja, la de proteínas, la baja en carbohidratos, la de las manzanas (sólo por mencionar algunas).

Seguramente has intentado alguna de éstas o quizá alguna otra. ¿Por qué al principio, todas  se ven tan fáciles, y con el tiempo son tan difíciles de lograr? ¿Por qué pensamos que si a nuestra amiga le funcionó tan bien, a nosotras no nos va a funcionar?

Cómo quemar la grasa abdominal

Muchas dietas son tan complicadas de seguir, que la mayoría las abandona al primer o segundo intento. Lo ideal es, primero encontrar una dieta que no impacte tu salud, después, bajar de peso poco a poco para que tu organismo se acostumbre, y una vez logrado tu peso ideal, la fórmula ganadora es mantener tu peso.

El riesgo es que, como cada cuerpo es diferente, no todas las dietas funcionan igual para todas las personas. Y es por eso que las dietas -en general- deben adaptarse a la medida y necesidades de cada organismo. Las dietas para que funcionen, deben ir combinadas con actividad física que te permita quemar ese peso de más, y usarlo como combustible.

Entonces, para tener éxito con tu dieta, infórmate bien cuál es la ideal para ti. Determina cuáles son los objetivos que quieres lograr y enfócate para que no la empieces con la idea de que la puedes romper a la primer falla. Busca la manera de que esa dieta no se convierta en un sacrificio más que en un plan de alimentación que incluso puedas disfrutar.

Recuerda que si la dieta es demasiado estricta o no te permite consumir los grupos de comida básicos que tu cuerpo requiere, seguro vendrá el terrible rebote y todos tus esfuerzos se irán por la borda.

También recuerda que las las dietas “milagro” no existen y son un riesgo para tu salud; y que el buscar resultados rápidos y fáciles puede llevar sus consecuencias.

Muchas veces quieres lucir ese bikini o ese vestido que tanto te gusta y que no te cierra, y claro, es tal la urgencia y la ilusión de ver los resultados, que sin darte cuenta te podrías estar perjudicando tu salud.

¿Por qué no mejor cambiar la palabra “dieta” por “menú” o “plan de alimentación”?

Esta dieta puede funcionarte

En este siglo XXI lo que abunda es la información, pero asegúrate de seguir a fuentes confiables y las recomendaciones fundamentadas por especialistas.

Tal vez piensas que no tienes tiempo para ello, o que es muy pesado para ti, quizá no tengas la condición física para entrenar; sin embargo, no es necesario correr una maratón o pasar 5 horas metida en el gimnasio. El hacer del ejercicio una costumbre se logra poco a poco. Empieza con caminar media hora y después amplía tu rutina. Ya verás que de esta manera, te irás acostumbrando sin siquiera sentirlo.

Proponte objetivos a corto, mediano y largo plazo, sé práctica, consulta recetas que no te quiten mucho tiempo, llévate un lunch y snacks a tu trabajo y así no tendrás que comer fuera o brincarte tus horarios de comida.

Así que ya lo sabes, aprende a conocer a tu cuerpo, para que le des lo que requiere de comer sin lastimarte. 

Crea hábitos alimentarios saludables, recuerda que somos lo que comemos y si logras una alimentación saludable y equilibrada, no tendrás que hacer una dieta jamás.

Por: Denise Kusher (autora en Tuiris.com)