Estar desempleado, una de las situaciones más comunes y que más conflicto causan en el estado de ánimo de una persona.
Te decimos cómo enfrentarlo y salir del bache.
Son tantas las veces que hemos intentado conseguir un trabajo, topándonos con la idea de nunca recibir esa segunda llamada por parte del reclutador.
¿Has llegado a pensar en rendirte, en que no puedes más? Entonces esta información te ayudará mucho.
Son muchos los sentimientos que despierta el estar desempleado. Sin entender porqué, muchas veces nos sentimos atrapados entre pensar, que hicimos mal en nuestra entrevista, en contraste con las muchas virtudes y habilidades que tenemos. “¿Qué es lo que me está haciendo falta? ¿Porqué si tengo experiencia, conocimientos y/o habilidades profesionales no me contratan?”, son constantes preguntas que pasan por nuestra cabeza una y otra vez.
Está más que comprobado que al perder un empleo (o una oportunidad de empleo) afecta nuestra salud mental, dejándonos pensando que somos incapaces de planear un futuro tal como lo imaginamos, que nuestro potencial pasa desapercibido ante reclutadores o jefes, y un sin fin de ideas negativas. Sin embargo, la mejor arma y actitud que podemos tomar aqui, siempre será ser “emocionalmente inteligente”, recuerda que el miedo es tu principal enemigo.
¿Alguna vez has escuchado hablar de la Inteligencia Emocional? Mejor definida por Daniel Goleman, psicólogo estadounidense, es: “La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.
Es básico que al encontratnos ante una situación de desempleo aprovechemos el momento para despertar características en nosotros que muchas veces no sabíamos si quiera que existían:
1. Forja tu autoconocimiento: Toma conciencia de la situación, del estado emocional que te está provocando, tus puntos débiles, y descubre la forma de reforzarlos, desarrollarlos, de manera que hagas cosas que nunca imaginaste, “Conócete a ti mismo.”
2. Desarrolla tu Autogestión: Trata de reforzar a través de la capacitación, habilidad o alguna actividad el logro de sus objetivos con autonomía de gestión. Se realiza por medio del establecimiento de metas, planificación, programación, seguimiento de tareas, autoevaluación, autointervención y autodesarrollo.
En resumidas palabras, diseña estrategias realistas para alcanzar tus metas y deseos personales.
La base es aprender a motivarse, pero, ¿Cómo hacerlo?
Deebemos trabajar sobre aquellos sentimientos que nos alejan de ese sentido de satisfacción personal, ya que alteran las formas básicas de percibir la realidad, y hacen que se perciba de un modo distorsionado, mucho más caótico. Estos sentimientos son:
1.- Sentimiento de obligación: “tengo que encontrar un buen trabajo”.
2.- Queja:”A nadie le interesa mi CV”…. “Todo está pésimo, nunca encontraré trabajo”.
3.- Miedo: “si no encuentro trabajo, ¿qué pasará con mi futuro y forma de vida?”.
4.- Culpa: “soy el culpable de que mis hijos no puedan tener todo lo que me gustaría”, “cuando tuve trabajo, tenía que haber ahorrado”, “todo por lo que está pasando mi familia es mi culpa”.
5.- Resentimiento: “Me corrieron sin darme explicaciones”.
Cuando conseguimos superar esas ideas que actúan como un virus mental y colocan nuestro mundo en la negatividad, podremos darnos cuenta que buscar trabajo de un modo emocionalmente inteligente nos garantizará hacerlo con paciencia, con una visión de la realidad, y con toda la energía enfocada hacia el objetivo deseado, y lo más importante, que una actitud que refleje nuestros intereses y plenitud personal.
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