Una colaboración del Instituto de Ciencias de la Felicidad
En los últimos años el concepto de líder ha sido analizado por distintas áreas de conocimiento, las cuales señalan que el viejo modelo de un superhéroe sabelotodo, tirano y solitario, se ha debilitado y ha dejado de ser la forma ideal para dirigir a un equipo de trabajo.
Las nuevas generaciones necesitan nuevos modelos de liderazgo, y en ese rubro la psicología positiva tiene aportaciones valiosas para el mundo laboral de la actualidad:
1. Fomentar las emociones positivas
Es un mito que para alcanzar logros importantes todos tienen que estar serios y de caras largas. Uno de los descubrimientos importantes de la psicología positiva es que, como lo demuestra la Dra. Barbara Fredrickson en su teoría de ampliar y construir, las emociones positivas contribuyen a que las personas sean más productivas, más afables, más activas, más sanas, más amistosas, más colaborativas, más resilientes y más creativas[1]. Al presentar un proyecto en el cual el equipo debe involucrarse con toda la energía, conviene despertar emociones positivas como el interés y el sentido de orgullo por las tareas bien hechas. Los obstáculos pueden enfrentarse con humor, serenidad y esperanza. Un buen líder genera también un ecosistema laboral positivo al hacer uso de la gratitud y el aprecio.
2. Practicar la bondad
Otro mito que la psicología positiva ha desbancado es que un líder efectivo vive aislado y que únicamente actuando como un tirano podrá hacer que todos realicen las tareas. Por el contrario, un buen líder se caracteriza no sólo por una inteligencia cognitiva despierta, sino sobre todo por su inteligencia social, que es una fortaleza perteneciente a las virtudes de humanidad, junto con la bondad y el amor. A todos nos gusta que nos traten bien, por lo que los colaboradores responderán mejor cuando se dirijan a ellos con bondad, que con aspereza. Muchas veces en aras de ahorrar tiempo se omiten los saludos, pero la cortesía es una primera forma de bondad. Otras veces los líderes se sienten tan abrumados por sus responsabilidades que dejan de hacer el esfuerzo por recordar los nombres de sus colaboradores, con lo cual envían a la persona el mensaje de que su contribución al trabajo la puede hacer también cualquier otra, lo que genera falta de involucramiento. Además de saludar y recordar los nombres, hay siempre oportunidades para tratar al equipo de trabajo con amabilidad, con lo que se generará un mayor involucramiento y resultados de mejor calidad.
3. Fortalecer el apoyo social
Un líder inseguro de manera consciente o inconsciente trata de evitar la colaboración entre los miembros del equipo. Él es como el centro del que irradian las órdenes y hacia el que todos deben dirigirse; todo tiene que pasar por él. Un líder seguro y más efectivo es como el centro de una rueda de carro: está enterado de lo que hace cada uno de los miembros del equipo, pero permite y fomenta las relaciones de colaboración entre los miembros del mismo. De esta manera hay mayor cohesión, unidad, se refuerza el propósito común, el sentido de identidad y propósito y, finalmente, cuando se logra el objetivo, el orgullo por lo conseguido permea todo el ambiente laboral.
4. Motivación, esfuerzo y compromiso
El logro de cualquier meta requiere de involucramiento. Los miembros del equipo deben estar enterados claramente de cuál es el objetivo, para dirigir sus esfuerzos hacia él. Algo indispensable para mantener al equipo involucrado son las retroalimentaciones periódicas, que puedan saber por parte de su supervisor si están haciendo bien el trabajo, si la empresa se está acercando a la meta, si sus esfuerzos han valido la pena. También conviene reforzar la motivación y el involucramiento al favorecer un ambiente laboral en el que la gente pueda trabajar sin interrupciones, concentradamente.
5. Sentido
Cuando expliques a tu equipo de trabajo el objetivo hacia el que deben dirigirse, recuerda también hablar acerca del para qué. Cuando los colaboradores comprenden la trascendencia del esfuerzo, se comprometerán más con él.
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Finalmente, agenda el próximo 16 de octubre y asiste a la conferencia “La ciencia y la práctica de la felicidad” que presentará Sonja Lyubomirski en el marco del II Foro Internacional de la Felicidad.
[1] Lyubomirski, S; King, L.; Diener, E. (2005) The benefits of frequent positive affect: Does happiness lead to success? Psychological Bulletin 131, pp. 803-55.
*Las ideas plasmadas en este artículo son responsabilidad del Instituto de Ciencias de la Felicidad