No es fácil simpatizar con todos; pero cuando se trata de empleo
hay algunas actitudes que son molestas. Revísalas y evítalas.
Generalizar es tan erróneo como etiquetar a las personas. Y no, la intención del artículo no es esa.
Más bien aquí hay un reto para ti: en esta infografía (creada por la empresa Attask) se describen nueve personalidades –las que más mal caen en el trabajo– y es probable que tengas un poco de alguna(s), o un mucho de otra(s), o nada de nada de ninguna.
La idea es que las conozcas, las medites y si acaso, muy si acaso, llegaras a identificarte con estas conductas, entonces pongas manos a la obra para cambiarlas.
Tus compañeros lo agradecerán, y tu productividad también.
El solitario
Su negativa a interactuar con los demás hace que el trabajo en equipo se vuelva muy difícil, lo cual frena el avance en ciertas tareas. Los verás con sus audífonos todo el tiempo y en todas partes, aun cuando no estén conectados a ningún dispositivo de audio.
El flojo
Con estas personas las cosas nunca estarán a tiempo; pero caaaaaalma, se mantendrán relajados. Puede ser que alguna vez hasta los sorprendan durmiendo. ¡Shh, mejor no hay que invocarlos!
El imprudente
No tienen inconveniente para platicar detalles de su vida privada y con frecuencia divulgan información personal en sus redes sociales. ¡Oh sí, siempre habrá una historia nueva por escuchar de ellos!
Los enamorados del correo
Viven para la escritura electrónica. Aman copiar (CC) a cualquier colaborador de la empresa en sus comunicados y también les agrada responder a las insufribles cadenas de mensajes. Sí, son cómplices orgullosos de que a diario se envíen 144 800 000 000 correos en el mundo web.
El negativo
Siempre se queja de algo pero nunca propone la solución de nada. Es fácil ubicarlos: sólo hay que poner atención y escuchar de dónde vienen esos murmullos. Son capaces de desmotivar a los empleados, así que hay que tener cuidado con ellos.
El barbero
¿Hay algo que estas personas no estén de acuerdo en hacer? A todas las peticiones de los jefes dirán “sí”, incluso cuando saben que no podrán cumplirlas. Y en caso de fallar se deberá a la inmensa carga de trabajo que tienen siempre.
El burocrático
Si no bastara con que algunas ideas y proyectos tardan en aprobarse, este tipo de colaboradores retrasan los deberes encontrando todo tipo de errores y “consejos” para mejorar el trabajo. ¡Pero sólo es una sugerencia!
El modelo
El ejercicio es su segundo trabajo. Peinado perfecto y al hablar hacen gala de su gran aspecto físico. Están muy ocupados amándose a sí mismos como para terminar su trabajo a tiempo.
El contrario
No importa lo que digas o hagas, hallarán la manera de contradecirte. Te equivocas y lo sabes. Es complicado llegar a un acuerdo con ellos, y si colaboran es porque las cosas tendrán que ser a su modo.