5 diferencias entre la universidad y el campo laboral

universidad al campo laboral

De pizarrones y cuadernos a organigramas y juntas.

¿Qué cambios has notado tú? Aquí te contamos algunos.

Por Sergio González, consultor en procesos de reclutamiento en OCCMundial

 

Hace poco cumplí un año de haber salido de la universidad, y a diferencia de lo que todos me decían ––«Vas a extrañar estar en la escuela»–, realmente se ha vuelto el mejor año de mi vida.  He aprendido muchas cosas del trabajo en el que estoy. Las experiencias más divertidas de mi vida han sido en este año, los conocimientos que he adquirido son más trascendentes que los que aprendí en la escuela, y sí, lo acepto, mi vida es más relajada sin tareas, sin proyectos y sin estudiar para exámenes.

Es muy diferente estudiar a trabajar, lo entendí dos años antes de salir de la escuela, pues desde entonces me inserté en el campo laboral y adquirí las habilidades y competencias para conseguir el empleo que tengo ahora. Sin embargo, este año de despegarme completamente del pupitre me ha servido para diferenciar los ambientes de forma más clara. De tal suerte que identifiqué 5 cosas que aprendes al momento en que dejas la escuela y le entras a trabajar. Aquí las tienes:

 

No hay 8.7 sube a 9. Sacas 10 o sacas 0

Esta frase me la dijo mi primer jefe cuando trabajé en TeleTech, una vez que cometí un error y no dejaba de justificarme. Recuerdo aún sus palabras, de las cuales aprendí mucho: «A nadie le importan tus razones. Resuélvelo». Duras, pero reales. En el ambiente laboral no hay oportunidad de hacer las cosas medio bien o de transigir en las razones por las cuales no se logra el objetivo esperado. O lo haces bien o cualquier esfuerzo es inútil.

Crecer ya no es cuestión de tiempo, es cuestión de capacidad

En la escuela, los de mayor edad son los que están en grados más altos (generalmente). Casi siempre son los que más conocimientos y habilidades tienen. En el trabajo ya no es cuestión de cuántos semestres llevas o qué edad tienes. Crecer y llegar hasta arriba ya no es cuestión de tiempo, es cuestión de capacidad, de aprovechar las oportunidades, de destacarte de los demás. Me he encontrado con gerentes menores a 30 años y personas que llevan 15 años en el mismo puesto. Es aquí, al momento de trabajar, donde pones a prueba tu capacidad de superarte.

 

En el trabajo necesitarás saber cosas que jamás viste en la carrera

En la escuela, el examen se trata de lo que viene en libro o lo visto en clase. En tu puesto, el examen se trata de TODO, en su mayoría cosas que jamás en tu vida viste en la carrera. Es interesante darme cuenta que casi todo lo que hago en el día a día lo aprendí aquí, y que cuando he necesitado aprender algo, el mundo es el límite: Internet, cursos, tutoriales en YouTube, manuales, capacitaciones… El reto está en encontrar lo necesario para realizar, entender y si se puede optimizar la tarea asignada. «No sé» es el inicio de la pregunta, nunca la respuesta.

 

En el trabajo, levantar la mano se volverá más importante

En las clases identificas al «cerebrito» porque es el que mejor calificación sacó, el que más rápido terminó el examen, el que todo lo entrega a tiempo. A veces puede darse el lujo de no responder cuando el profesor hace una pregunta y aún así mantener el título del más inteligente. En el trabajo, levantar la mano se volverá más importante.

No es suficiente hacer bien tus actividades, tienes que aprender a exhibir tu capacidad. Hacer relaciones efectivas. Trabajar en tu branding personal. Que todos se den cuenta cuando eres el único que se sabe la respuesta, porque la recompensa es mucho más interesante que ser el sabelotodo de la clase. A veces no llega tan alto el que mejor calificaciones saca en la escuela, como el que se lleva bien con todos. ¿Por qué será?

 

A tu jefe no siempre le importará enseñarte

Hay quien puede llegar a comparar el papel de un maestro con el de un jefe. Nada que ver. Al jefe no siempre le importa enseñarte. A diferencia del profesor, el jefe a veces cree que sabe. El jefe puede ser buena onda, pero jamás barco. Simple y sencillamente porque el profe no pierde nada pasándote por no hacer nada… y el jefe pierde mucho si no haces las cosas bien. No digo que no exista en el campo laboral verdaderos líderes que te enseñan y apoyan para crecer, sin embargo te auguro que tendrás que hacer uso de tu tolerancia a la frustración en algunas situaciones.

Esta es mi lectura a 365 días de haber dejado los pizarrones, los plumones y las bibliotecas de consulta para iniciar esta aventura de organigramas, prestaciones y juntas por la mañana. Habrá otras lecturas, más certeras o diferentes. Al final, cada quien habla de cómo le ha ido en la feria. ¿A ti cómo te ha ido?