Síndrome del impostor: ¿por qué siento que no soy suficiente?

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Los síntomas de este padecimiento parecieran normales, pero no, no lo son. Sentir que tus logros y éxitos son cosa de “suerte” es una red flag de que tienes que trabajar más en tu bienestar emocional. Te explico qué es el síndrome del impostor y cómo identificarlo.


¡Llegó mi momento de brillar!

Me gustaría exponerme en un tema más satisfactorio, pero creo que está bien también hablar de estos temas que tienen que ver con la salud mental/emocional, ya que siguen siendo un tabú, pero sobre todo reconocerlos en una mismo para trabajarlos e inspirar a otros a hacer lo mismo.

Hace 3 años, durante una sesión psicológica, expresé que no me sentí cómoda cuando me felicitaron en el trabajo por una actividad que había hecho bastante bien. Creía que: a) salío bien por pura casualidad, b) pude haberlo hecho mejor y c) no era tan buena en lo que hacía como ellos creían.

Y la verdad es que era la primera vez que lo decía, pero no que lo sentía.

Haciendo consciencia, desde que estaba en la universidad estas creencias eran constantes en mí, cuando me daban mis calificaciones o cuando me reconocían una buena tarea, así que cuando comencé la experiencia laboral de mi carrera se me hacía “normal” sentirme culpable por recibir halagos que, segun mi falta de autoconfianza, no merecía.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor, también conocido como “síndrome de fraude” o “fenómeno del impostor”, es un problema psicológico en el que la persona que lo padece es incapaz de reconocer sus propios logros, su valor personal y/o profesional.

Al no sentirse capaces, viven temerosos de que alguien descubra que cometieron un “fraude”, de ahí que se sientan con culpa y como “impostores”.

¿Cuántos tipos de síndrome del impostor hay?

De acuerdo con un artículo sobre el mismo tema de la Gaceta UNAM, clínicamente se reconocen cinco subgrupos del síndrome del impostor:

  1. Perfeccionistas. Establecen expectativas muy altas para sí mismos. Sin embargo, aunque cumplan con 99 por ciento de sus metas, se sentirán fracasados, porque ese uno por ciento los hace pensar que no tienen la habilidad ni la competencia para lograr la perfección.
  2. Expertos. Buscan nuevas capacitaciones, certificaciones o diplomados porque no se sienten competentes. Ante la oportunidad de un empleo, no acuden hasta que tienen la certeza de que cumplen absolutamente con todos los requisitos.
  3. “Genio natural”. caen en la trampa mental de que si algo les costó trabajo “significa que no soy tan bueno como piensan los demás”. Esto los lleva a la idea errónea de que son impostores.
  4. Individualistas. Tienen la necesidad de “hacer todo” para no sentir que son un fracaso o un fraude. Están convencidos de que tienen que hacer muchas cosas, sin pedir ayuda, para poder alcanzar el éxito.
  5. Superhumanos. Son aquellos que se esfuerzan cada día, más que los demás, por su necesidad de triunfar en todos los aspectos. Quieren ser el mejor padre, estudiante, pareja, en los negocios, etcétera, y padecen estrés constante por tales autoexigencias.

¿Qué situaciones o vivencias originan que una persona sufra de este síndrome?

Laura Barrientos Nicolás, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que el síndrome del impostor no tiene una causa específica.

Su origen es multifactorial: biológico, psicológico y social, aunque las comparaciones o sobrestimaciones en la infancia ( frases como “tu hermana es mejor”, “no eres bueno en la escuela” o, por el contrario, “eres un campeón”) con el tiempo pueden propiciarlo.

“Impostores” en el ambiente laboral mexicano

En una encuesta reciente que realizamos para el Térmometro Laboral de OCCMundial, se evidenció que el 46% de los trabajadores mexicanos han presentado el síndrome del impostor en diferentes ocasiones durante su vida laboral; el 30% asegura que siempre han padecido de este síndrome; el 23% asegura que nunca lo ha padecido y el 1% restante considera que son muy pocas la veces que lo ha experimentado.

Consecuencias de vivir con síndrome de fraude

Tristemente, ningún éxito ni reconocimiento llenarán los niveles de satisfaccción de las personas que sufren del síndrome del impostor, además disminuye su calidad de vida al tener estos sentimientos constantemente:

  • Miedo de ser “descubiertos”
  • Ansiedad y estrés
  • Incapacidad del disfrute
  • Cansancio mental
  • Depresión

¿Qué hago si creo que sufro de este síndrome?

Terapia. No hay más.

Cuando un trastorno emocional o mental ocasiona problemas en los niveles interpersonal, académico o laboral, quien lo padece debe buscar apoyo psicológico que lo ayude a identificar este tipo de creencias erróneas para que no lo afecten a nivel emocional y conductual.


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