Muchas veces enfrentas días en la oficina en los que simplemente no te sientes nada motivado. El tiempo pasa muy lento y te resulta muy difícil despertar; incluso hay momentos en los que postergas el trabajo, no tienes imaginación y hasta experimentas dificultades para concentrarte en algo.
Cuando existe esa falta de motivación puedes sentirte decepcionado, ya que no estás cumpliendo con tus obligaciones al 100.
Los efectos de tener desmotivación laboral son demasiados. En ocasiones podrás sufrir dificultad para dormir, enfermedades o, incluso, notarás una disminución en tu capacidad de concentración. Tu salud mental está siendo atacada por el agotamiento emocional, la ansiedad y tu pésimo estado de ánimo.
Es importante que trates de no quedarte estancado en esta rutina. Con un poco de conciencia y encontrando ese factor que te desanima, podrás hallar la mejor solución para acabar con eso que está apagando tu energía y tu estabilidad emocional.
¡Checa estas 3 razones que probablemente son la causa!
1. Estás atrapado en el famoso “estoy ocupado”
Hoy, estar ocupado es un símbolo de estatus, una señal de que eres productivo y tienes una vida bastante útil. Sin embargo, estar las 24 horas del día disponible para asuntos de trabajo podría ser algo fatal para tu salud mental —incluso social.
Si consideras que estar todo el tiempo revisando el correo o estar en la oficina te ayudará a avanzar profesionalmente, ¡estás en un grave error! Estas acciones solo harán que tu cuerpo y tu mente se desgasten en exceso y las consecuencias serán graves; hasta podrías tener un bajo desempeño.
Para liberarte del modo ocupado, aprende a priorizar y eliminar tareas que no sean urgentes. Invierte tu tiempo en las actividades que sean de suma importancia y al salir de la oficina, desconéctate de todo. Si cuentas con días de descanso, ¡disfrútalos! No mezcles lo laboral con tu vida social.
2. Falta de retos laborales
Estar en la zona de confort también es una gran razón para sentir desmotivación. Por un momento sentirás que todo está bien y que estás cómodo con lo que haces. Sin embargo, a largo plazo, las actividades que haces se volverán aburridas y eso hará que te sientas estancado, cansado y desmotivado.
El truco para estar motivado (o al menos con ganas de ir al trabajo) es crear pequeños hábitos que ayuden con la productividad y te hagan sentir bien acerca de lo que estás logrando.
Habla con tu jefe y platica tu situación, tal vez es el momento de que te asignen diferentes tareas. Y si de plano no encuentras una solución, seguramente es el momento ideal para cambiar de trabajo.
3. Estás emocionalmente agotado
Si sientes que estás sonámbulo durante el día, es probable que estés entre el 70% de las personas que se sienten emocionalmente desconectadas del trabajo.
No subestimes tus necesidades sociales cuando trates de identificar lo que podría motivarte. Probablemente por la carga laboral no has tenido oportunidad de tomar tu vacaciones y te has dedicado a trabajar sin descanso. ¡Pide tus vacaciones y notarás un gran cambio!
De acuerdo con la pirámide de Maslow, el tercer aspecto más importante es nuestra salud mental, que viene después de las necesidades físicas y la seguridad. Sentirse aceptado, útil y motivado en el trabajo es esencial para mantener un equilibrio y estabilidad emocional.