Las ideas en la empresa, ¿buenas o alineadas?

Cuando una empresa ya sabe a dónde quiere llegar la energía que coloca en nuevas ideas debe estar alineada a su estrategia

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(Artículo publicado el 11 de mayo de 2015 en elfinanciero.com.mx)

 

Peter Sheahan, CEO de ChangeLabsTM (EU), suele repetir a la más mínima provocación que no existe tal cosa como buenas o malas ideas en las empresas, lo que hay son ideas alineadas o no alineadas a la estrategia del negocio: “There is no such thing as good or bad ideas, there are aligned or non-aligned ideas”.

En una dinámica empresarial saludable, en donde cualquier idea enfrenta recursos y energía limitados para su implementación, las ideas espontáneas y trabajadas son necesarias para la evolución de los negocios, pero requieren inteligencia en su gestión.

Hace unos días, un joven empresario me decía que él tenía muchas ideas que quería poner en marcha, pero que no lo hacía porque no tenía suficientes recursos para hacerlo. “Qué enfoque tan equivocado”, pensé sin externárselo. Aún y cuando no tuviera limitación financiera, implementar al mismo tiempo todas las ideas para posicionar la marca, generar más ventas, mejorar márgenes y optimizar procesos sería un profundo error en su empresa, ya que claramente no tenía un alineamiento estratégico.

Cuando una empresa ya tiene razonablemente claro a dónde quiere llegar en el mercado o industria que sirve y ha ganado momentum con su modelo de negocio, la energía que coloca en nuevas ideas debe estar alineada a su estrategia o la desviará de curso con extrema facilidad.

 

 

Aquí tres enfoques que ayudan a filtrar el potencial productivo de una idea alineada:

1. Con lo que sí tengo, ¿qué más puedo hacer?

Por definición, si una idea no borda sobre lo que ya existe y/o se dispone, suele poner el foco en lo que falta o desecha lo que hoy se tiene. Es la sumatoria y/o recombinación de elementos lo que las más de las veces produce nuevo valor.

 

2. ¿Cómo agregará el resultado valor al negocio?

Idea estratégica que no tiene su expresión clara en la caja (más o mejores ventas), en el valor de la acción o en las capacidades y la armonía organizacional, es una idea que debe ser evaluada con cautela. Recuerda, “buzz de marca” no es sinónimo de ventas; nuevo proceso, no es sinónimo de reducción de costos o complejidad.

 

3. ¿Cuál es el costo de oportunidad que enfrentaremos?

La energía, el ancho de banda y el foco organizacional son finitos en cualquier empresa. Irremediablemente, implementar una nueva idea obliga a dejar de hacer algo que se pudo haber hecho en ese tiempo y/o con esos recursos. Siempre será mejor tener un razonable nivel de consciencia de ese costo que advertirlo sorpresivamente después.

Luego del natural filtro de tu propia mente, cualquier idea enfrenta inmediatamente la reacción de quienes la escuchan. Iniciar su exposición diciendo “buena” es un error. Igual de grave que recibir una idea con agrado sólo por provenir de un emisor que agrada. Presentar una idea de negocios debe poner el acento en su alineamiento a la estrategia de la compañía y nunca se debe olvidar que si bien alinearlas es el punto de partida, implementarlas persistentemente y sobreponiéndose a los avatares del mercado es el reto de cualquier individuo exitoso.

 

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