¡Quédate con el trabajo! Ejercicios previos a una entrevista laboral

qué decir en una entrevista de trabajo

¿Te ha pasado que por los nervios no sabes qué decir
en una entrevista de trabajo? Éste artículo es para ti


Recibí una llamada. Era jueves, eran casi las diez de la mañana y del otro lado de la línea estaba el auxiliar de Recursos Humanos de una empresa. Me dijo que había recibido mi currículum, que mi perfil se adaptaba a la vacante y que le interesaba entrevistarme ese día por la tarde o a la mañana siguiente. Acordamos que el viernes temprano y colgamos.

Como sucede cuando mandas varios correos y de alguno(s) te hablan, me alegré como enano. Luego, con dos rayitas menos de emoción, pensé que tenía que hacer las cosas diferentes a como las hice en todas esas ocasiones en las que no me quedé con el trabajo. Me puse a investigar.

Desde el momento en que terminó la llamada y hasta que me plantara frente al reclutador tenía dos alternativas: alimentar mis nervios y mis dudas por casi 24 horas o aprovechar ese tiempo para ir un paso adelante cuando negociara el empleo. Por favor, ¿quién elegiría la primera opción?



Graba tus respuestas

No tuve que ser un genio para descubrir que en las entrevistas hay preguntas que casi todos formulan: “¿Por qué dejaste tu último trabajo?”, “Menciona tus tres virtudes y tus tres defectos”, “¿Por qué debería elegirte?”.

Yo ya tenía mis respuestas preparadas, pero cuando las grabé con mi celular para escucharlas entendí que no eran tan geniales como creía: usaba muletillas, eran repetitivas y escuetas.

Pensé en cómo decir lo mismo de una forma original, algo que a mí me sorprendiera. Después de varios intentos –aunque al principio me sentí torpe haciéndolo– encontré las frases que se quedaron en mi memoria y le mencioné de maravilla al de Recursos Humanos.


Redacta brevemente tu logro más grande

Alguna vez me preguntaron cuál había sido el logro más grande en mi vida laboral y no supe qué decir. Mencioné cualquier cosa, pero sentí que no parecía tan increíble como para impresionar al reclutador. Luego, horas después, llegaron las ideas y pensé: “¡Claro, ¿por qué no me acordé de esto?!”. Demasiado tarde.

Así que anoté en un papel dos actividades en las que había tenido éxito. Con eso ya me acordaría de toda la historia. Y a las personas se nos quedan grabadas las historias.


Mírate en un espejo, ¿qué demuestras cuando hablas?

Si has visto la película Pulp Fiction recordarás la escena en la que John Travolta está hablando frente a un espejo, practicando un argumento que le dirá minutos después a Uma Thurman. Y hasta que se convence a sí mismo de lo que expresa es que sale del baño, listo para hablar.

Lo mismo sucede contigo. Mírate en un espejo, ¿cómo te ves cuando saludas, cuando sonríes, cuando afirmas algo, cuando niegas, cuando respondes a un “háblame de ti”?

La comunicación no verbal es fundamental en las entrevistas, y saber qué transmitía me ayudó a pulir ciertos errores.


Practica con un familiar o amigo

Prepara cinco preguntas, dáselas a un familiar o amigo y pídele que te cuestione. Tú responde y después, entre ambos, platiquen si sonó persuasivo lo que dijiste.

Dos cabezas piensan mejor que una y al hablar con alguien más he recibido consejos que me ayudan a mejorar mis explicaciones ante el reclutador.


Medita

Los seres humanos somos muy perceptivos con las emociones, así que si estás estresado, nervioso o exasperado por conseguir algo, aunque trates de ocultarlo, lo reflejas a años luz de distancia.

Calma esa mente, tranquilízate sabiendo que estás anticipándote para dar una gran impresión y respira y exhala una y otra y otra vez.


La clave de los 2 minutos

Llegué quince minutos antes a la entrevista y apliqué el último consejo que encontré. En el video que está aquí abajo la psicóloga Amy Cuddy explica cómo nuestra postura corporal determina nuestra actitud y puede hacernos sentir los más seguros o los más inseguros.

¿Cuál es el truco? Fácil: en un lugar en donde nadie te vea, párate derecho, separa tus pies a la misma distancia a la que están tus hombros y apoya tus manos en los costados de tu cintura (en la imagen principal del artículo puedes ver cómo es la posición).

Quédate así por 2 minutos. Aunque no lo creas tus niveles cerebrales de testosterona y cortisol se alteran y tu confianza mejora.



Me fue bien en la entrevista. Más que bien, diría.

Desde ahí supe que podía ir un paso adelante de los reclutadores y llegar fresco fresco para negociar por un empleo.

Ahora tú también ya sabes qué decir en una entrevista de trabajo.