Estos tips te ayudarán a no invadir el espacio vital de las personas

¿Has subido a un elevador lleno y puedes “sentir” la incomodidad de los demás? Invadir el espacio vital de una persona es bastante fácil; sin embargo, la proxémica es la solución para poder acercarte a una persona sin ocasionar incomodidad.

Todos tenemos una burbuja invisible que sirve de frontera con las demás personas. Eso es el espacio vital, a grandes rasgos. No obstante, tampoco se trata de un escudo impenetrable. Esa burbuja tiene sus concesiones de acuerdo a  la situación que se presente.

La proxémica es la disciplina que se encarga de estudiar la distancia entre los individuos en un entorno social y su relación con el espacio vital. Uno de sus máximos representantes fue el antropólogo Edward T. Hall, que en su libro La dimensión oculta retomó las cuatro distancias básicas:

  • Íntima (de 0 a 45 cm)
  • Personal (45 cm a 120 cm)
  • Pública (120 cm A 3.5 m )
  • Social (3.5 m A 9 m)

La distancia con otra persona depende de la cultura y el sector social en el que se comunica. Por ejemplo, los británicos o japoneses son menos tolerantes hacia la proximidad corporal que los hispanoparlantes o los habitantes de naciones árabes.

Invadir el espacio personal no sólo es una cuestión de distancia; involucra otros factores como el campo de visión o el calor corporal (razón por la que sin hablar puedes incomodar). Sin embargo, al cambiar algunas acciones puedes llegar a mejorar tu proxémica en entornos laborales.

A continuación, te damos algunos tips para no amenazar  la burbuja de tus compañeros de trabajo.

En distancias íntimas, NO MIRES CARA A CARA. La razón es que deformas su campo visual, ocasionando que las personas “hagan el vizco”. La solución es encontrar otro punto para “colocar” la mirada. Incluso si das un beso, cerrar los ojos es la mejor opción; a nadie le gusta ser observado en ese ángulo.

Cuando te encuentras en una distancia personal o pública sucede lo contrario: NO EVADAS LA MIRADA y CUIDA TU GESTUALIDAD. No “ver a los ojos” durante una conversación significa excluir a las personas (y seguramente, te ocasionará problemas de empatía).

RELAJA EL CUERPO. Al entrar en contacto con un desconocido, las extremidades reaccionan en defensa. Al poner rígidos los músculos, intentamos suprimir la intensión de intimidad (como cuando rechazas a alguien que no te gusta). Una actitud desenfadada puede ayudarte a relajar el ambiente.

MODERA TU VOZ Y TU ALIENTO. Un nivel muy alto o demasiado bajo inicita a mayor proximidad o lejanía. Además, el aliento debe ser imperceptible (EN CALOR Y OLOR) para un acercamiento no invasivo. Ya es suficiente tu calor corporal como para agregarle malos olores.

El máximo de metros que puede alcanzar una conversación promedio es de 6 metros. Esto depende de la cultura y sector social; por ejemplo, los árabes, españoles y rusos tienen un margen mayor (recordar los personajes de Pedro Almodóvar).

NO USES FRAGANCIAS INVASIVAS. Tu perfume o colonia no debe ir más allá de la distancia íntima, ya que se trata de un globo olfativo (muy invasivo). Esto depende del tipo de aroma: lo dulce tiende a ser más repelente que las maderas o las esencias marinas.

MUY CERCA, DEBES CONVERSAR. MUY LEJOS, NO ESTÁS OBLIGADO A PLATICAR. La lejanía o cercanía determina la obligación social para iniciar una conversación. Por ejemplo, si te encuentras a menos de 3 metros (distancia pública) es necesaria la comunicación para evitar el vacío incómodo. A una mayor distancia (social), no es necesario charlar e incluso puedes darte el lujo de ser cortante sin compromiso.

A MENOR DISTANCIA, MENOR GESTUALIDAD. Esto se explica mediante una analogía con las artes dramáticas. ¿Qué diferencia hay entre la actuación en el teatro y en el cine? Exacto, la gestualidad.

Esto se debe a la distancia del espectador. Mientras en el teatro es necesario valerse de todo el cuerpo para que hasta la última fila de butacas vea la acción, en el cine (con la lente en distancia íntima) sólo se requiere el mínimo de gestos. Invertir esta regla ocasiona problemas de comunicación.

DISTANCIA SOCIAL ENTRE EMPLEADOS. La distancia entre un trabajador y otro no debe de ser menor a 120 cm. Reducir el espacio crea ambientes laborales hostiles. Incluso, cubículos demasiado próximos (por más herméticos que estén) pueden ocasionar tensión en una oficina.

Recuerda, la ruptura de la distancia mínima es una cuestión cultural. Si realizas un viaje de negocios, es muy importante analizar las interacciones cotidianas.

Cuéntanos, ¿alguna vez has sentido que invaden tu espacio vital en la oficina?

“Malos” olores en la oficina