Seguramente te has preguntado ¿cómo sería trabajar en otro país? Con la próxima Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018, investigamos un poco sobre el día a día de un trabajador ruso promedio.
De acuerdo con El País, la principal característica que un extranjero descubre es el culto por la alta cualificación técnica. Como los chinos se caracterizan por la cultura del esfuerzo, la Guerra Fría mostró al mundo los alcances profesionales de los entonces soviéticos (que aún perduran).
La cultura corporativa rusa se basa en la autocracia; las organizaciones se rigen por el mando único y dirección central. Algunas empresas conservan “costumbres” del sistema estatal soviético. Entre esas “tradiciones” está la corrupción (con escasa conciencia de los valores éticos).
Los distintivo del clima laboral es la sobrevivencia de empresas de la era soviética, con regímenes casi militarizados (“alérgicos” a los cambios estructurales). Las culturas más jóvenes (principalmente de tecnología y marketing) se desarrollan endémicamente.
El trabajador ruso promedio es muy emocional. De acuerdo con Elena Goryunova, vice president internacional de HR en Luxoft, “si una persona espera alguna promoción y no la obtiene, el gerente debe explicar el porqué (con muy buenas razones) para evitar una reacción fuerte”.
La “volatilidad emocional” de los empleados rusos se debe a dos factores: la falta de tiempo y el alto nivel de corrupción. Los rusos no están 100% familiarizados con el pensamiento lineal de occidente; intentan ser “occidentales”, pero cuando topan con el sistema burocrático regresan al pensamiento circular (corrupción).
La paciencia es la mejor habilidad si quieres sobrevivir al ambiente laboral. Para evitar empleados en crisis, los CEOS millennials intentan romper la distancia jerárquica. Sin embargo, esto lleva a culturas anti-liderazgo (donde las decisiones las toma exclusivamente el jefe).
Los sistemas burocráticos han llevado a que las empresas adopten rigidez corporativa: sin flexibilidad de horarios y con “desprecio” hacia las juntas sorpresa y bomberazos. Además, se tiene respeto al “orden de las cosas” (como turnos o filas).
No obstante, ese formalismo no alcanza a la equidad de género. Aunque las políticas intolerantes en Rusia son internacionalmente conocidas, el país cuenta con buenos números: el 41% de los investigadores científicos son mujeres (comparado con el 29% mundial reportado por la Unesco), al igual que el 5% de los CEOS más importantes (dato bajo, pero similar al de Estados Unidos).
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Sus días hábiles son de 9:00/10:00 am a 18:00/19:00 pm y el transporte al trabajo va de 30 minutos a 2 horas (para quienes viven a las afueras de la ciudad y se enfrentan al tráfico). Sobre la remuneración, aunque sus sectores laborales son los mismos del G8, los salarios son muy bajos (insuficientes para vivir en Moscú, una de las ciudades más caras del mundo) y tienen un promedio de 28 días de vacaciones pagadas.
Se debe tomar en cuenta que el estándar laboral lo establecen las grandes urbes como Moscú, San Petersburgo o Novosibirsk. Las condiciones laborales son desiguales a lo largo del territorio ruso (más pobre en la zona asiática).
¿Qué temas de conversación hay en la hora de la comida?
En foros de debate online, los extranjeros radicados en Rusia destacan la afición por “autos” y “alcohol” (a modo tasty, se comparten recetas para preparar vino y brandy casero, aunque nunca lo hacen); además, no se profundiza sobre política (como en México se tiene la idea generalizada de un sistema corrupto). No hay ninguna particularidad en sus hábitos alimenticios.
¿Qué sucede fuera de las ciudades?
Al ser un país con un territorio extenso, fuera de las ciudades la calidad de vida laboral se convierte más “dura” y “melancólica”. La mayoría de los óblasts (provincias) determinan sus espacios de trabajo a partir de las condiciones sociales y regionales (las pequeñas ciudades cercanas a yacimientos petroleros y minas tienen mayor actividad laboral).
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Mientras más “pequeña” sea la provincia, el empleo se reduce más a la venta minorista o retail. Posterior a la caída del régimen socialista, la industria y agricultura escasearon en los óblasts.
La razón es porque, debido a las condiciones extremas en algunas regiones, el comercio exterior es más redituable que las actividades primarias y secundarias. De ahí proviene el auge del retail. Además, se tiene la idea popular de que “la mitad de los rusos son guardias de seguridad y la otra son taxistas”.
En resumen, los ambientes laborales rusos no son tan distantes a los mexicanos; ya que las condiciones de sus empleados dependen más de aspectos gubernamentales y no de las empresas para las que laboran.