Los mejores colaboradores merecen mejores sueldos y condiciones #EnfoqueHH

Amigos empresarios, cuando contratamos a una persona, pagamos por su conocimiento, tiempo y talento. Si exigimos que el colaborador se vincule a un trabajo productivo o a una cultura de excelencia, si le pedimos que nos ayude a crecer el negocio, debemos también (en la medida de lo posible) buscar espacios de crecimiento personal y económico para nuestros colaboradores; es absurdo que le pidamos a un gerente que sea gerente por 35 años, pero que nos ayude a hacer crecer nuestro negocio y genere millones de utilidades.

Las personas, los colaboradores, así como los empresarios también tienen metas y sueños propios, necesidades económicas, sociales y emocionales… aspiran a más. Efectivamente, el empresario apuesta su capital, pero los colaboradores entregan su vida entera. Debería existir un justo equilibrio entre lo que damos y lo que recibimos. Hay negocios en los cuales lamentablemente los números simplemente no dan para premiar y reconocer al talento interno.

Hay ocasiones en que determinadas personas crecen muy por encima de su propio puesto y están listos para ser promovidos. Sin embargo, en la empresa para la cual colaboran no encuentran los espacios, por lo que tendrán que buscar afuera. Creo que cualquier empresario comprometido realmente con el factor humano debe celebrar que sus colaboradores crezcan aun fuera de casa.

Por supuesto que la postura de “yo lo capacité, yo lo formé, a mí me costó y cuando está listo se va a otra empresa” es muy incómoda, pero debemos estar conscientes de que, a mejores colaboradores, corresponden mejores salarios, mejores condiciones. Y si estamos preparando y haciendo que alguien tenga un mejor desempeño, contemplemos también un plan de retención de talento para cuando ese alguien ya esté hecho.

En mis conferencias, algunas veces me dicen: “Helios, es que, ¡mi mejor gerente se fue a la competencia por doscientos pesos más!”. Mi respuesta siempre es: “¡Si llevas años invirtiendo en su desarrollo, se los hubieras pagado tú antes de que se fuera!”.

No puedes esperar que cuando la persona está desarrollada no pagues ese talento, esas habilidades y la misma inversión que el colaborador ha tenido para ello, cuida a tu recurso humano, cuida tu inversión.

 

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