Empleados introvertidos y extrovertidos, ¿cómo trabajar con ambos perfiles?

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Cada persona es un mundo y en los espacios de trabajo conviven
un sinfín de pensamientos, ideas, actitudes y aptitudes. Los empleados introvertidos y extrovertidos trabajan diferente y aquí te decimos cómo trabajar con ambos.


En los últimos años la cultura laboral ha apostado por impulsar las oficinas abiertas, lugares que promuevan la convivencia y el famoso “trabajo en equipo”. En ocasiones –muchas, podría decirse– la interacción entre empleados es vital para la consecución de metas; sin embargo, no siempre todos los colaboradores necesitan convivir, pensar en voz alta y discutir sus propuestas.

Los estímulos que favorecen a las personas extrovertidas pueden ser un dolor de cabeza para los introvertidos, y viceversa.

Es fundamental que las organizaciones generen las condiciones adecuadas para los dos tipos de personalidades; no se trata de hacer distinciones, sino de brindar a cada trabajador el entorno adecuado para que desarrolle todo su potencial.

Para lograrlo, aquí te presentamos tres recomendaciones –muy simples– para orientar mejor a tus empleados introvertidos y extrovertidos:

Empleados introvertidos

Soledad. En muchas ocasiones necesitan aislarse del bullicio para centrarse en una tarea, reflexionar y evaluar las situaciones antes de involucrarse en ellas.

Es necesario que no se busque integrarlos todo el tiempo con los otros empleados: alejarse les sirve para recargar las energías que emplean al interactuar con los demás.

Escuchan más y hablan menos. Si lo que necesitas son respuestas rápidas, es probable que no las encuentres en un empleado introvertido. Ellos son más proclives a ser buenos oyentes, a concentrarse, analizar y elaborar un método que resuelva una dificultad, pero necesitan tiempo para ello.

No confundir introvertido con tímido o antisocial.  A menudo se piensa –y confunde– que estas personas son desdeñosas. No es así, simplemente después de un largo tiempo pueden sentirse agobiados y por eso mismo se alejan de la convivencia.

Aun permaneciendo callados por mucho tiempo, su mente trabaja a un ritmo acelerado, lo cual ayuda a que sean extremadamente creativos y virtuosos en pensamientos lineales.


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Empleados extrovertidos

Oratoria. Apenas encuentren un momento preciso, estas personas comenzarán a platicar de cualquier tema y llevarán el control de la charla. Es una gran oportunidad para involucrarlos en planes de bienvenida, inducción, capacitación y todo lo relacionado con expresar ideas –más cuando se trata de “romper el hielo” en alguna actividad de la organización.

Reuniones, juntas. Por su tendencia a hablar abiertamente sobre su trabajo, sus estrategias y proyectos, los extrovertidos irradian energía, lo cual puede ser aprovechado para motivar y contagiar al equipo de trabajo que se encuentra a su alrededor.

Ideales para representar a tu empresa. Disfrutan conocer gente nueva y no les importa si deben socializar con extraños; por eso una buena idea es otorgarles responsabilidades en eventos en donde tu marca o compañía tenga que presentarse y explicarse.

Son hábiles para descifrar el lenguaje corporal, sabrán controlar las expresiones faciales, tonos de voz y otras formas de comunicación tan importantes en dichas situaciones.

¿Cómo trabajas con tus empleados introvertidos y extrovertidos?