¿Por qué NO debes luchar contra el mal del puerco?

mal del puerco

Podrás escapar de hacienda, de la policía, de tu jefe, pero jamás del mal del puerco o marea alcalina (post-lunch dip, en inglés). Es el sueño y aletargamiento después de “la hora de comida” y todos hemos caído en sus garras. La mayoría de las veces, viene acompañado de una dificultad para realizar actividades laborales y cognitivas.

¿Qué lo provoca? Simple, es la respuesta a los cambios bioquímicos causados por la digestión. La glucosa en la sangre inhibe o disminuye la actividad de las neuronas en el hipotálamo, produciendo la sensación de “tranquilidad” y somnolencia. Al disminuir la glucosa, se enciende nuevamente “el switch energético”  en el cerebro.

¿Es malo? No, es un estado fisiológico. ¿Por qué es muy frecuente en trabajadores? Porque el sedentarismo posterior a la ingesta ocasiona la disminución de reservas de energía. Sin actividad física el “switch” no puede activarse solo. Por tal motivo, es recomendable tener un mínimo de ejercicio diaria.

Según David Dinges, profesor de la Universidad de Pensilvania (EUA), es un efecto natural que no todos experimentan en la misma intensidad. Alrededor del 20% de la población estadounidense se avergüenza de sentir “mal del puerco”, por asociarlo a la pereza. Sin embargo, es algo natural. Ceder al sueño mejora tu calidad de vida y productividad.

La mayoría de los accidentes automovilísticos ocurren durante la hora del “lunch”. Según Dinges, este mismo fenómeno sucede en oficinas, fábricas y cualquier entorno laboral. No obstante, asegúrate de que el mal del puerco no sea el síntoma de un problema de salud.

Diabetes, anemia, tiroides poco activa o la enfermedad celíaca podrían ser razones de la constante somnolencia en horario laboral. El mal del puerco no debe ocasionar otros síntomas. De ser ese el caso, consulta a un médico.

Tips para disminuir la somnolencia

La dieta es la mejor recomendación. Los alimentos ricos en proteínas, espinaca, soja, huevos, queso, pescado… en fin, la mayoría de lo que consumes diario es factor para “padecer” sueño a deshoras.

Para luchar contra el mal del puerco, come verduras, granos integrales, café, alimentos libres de azúcar y bebe mucha agua. Las comidas frecuentes en pequeñas porciones también ayudan. Si te es imposible, con mayor razón las pocas comidas deben ser ligeras.

La temperatura es otro factor. Cuando comes, tu temperatura corporal aumenta ligeramente (resultado de los procesos bioquímicos). Inevitablemente, esto induce al sueño. Regular la temperatura de la oficina puede ayudar a disminuir el “sueño porcino”. Abre puertas y ventanas, para que el ambiente sea más fresco y agradable.

¿Te desvelas viendo tu serie favorita? Bueno, esa es otra forma de darle poder al “puerco del mal”. El sueño nocturno es lo más importante para una vida sana. Ten un horario exacto. Cambiar la alarma del despertador ocasiona un incremento en la intensidad de somnolencia vespertina.

Una siesta de 15 a 20  minutos es buena opción, en especial si tienes que hacer alguna actividad “pesada” (como una junta o elaborar un reporte). La siesta es una práctica común en países como España, pero no recomendable para todas las empresas.

¿Por qué las empresas no implementan la siesta? La principal razón es la inercia del sueño (fatiga al despertar). Sin embargo, puedes hacer algunos cambios a tu rutina para compensar la falta de siesta. Programa las tareas laborales estratégicamente. Esto implica que los trabajos más arduos e intelectuales deben ser por la mañana y los más rutinarios y ligeros en la tarde.

Si ninguna de estas recomendaciones te ayudan, entonces déjate llevar por ese cabeceo frente al monitor. ¡Si te resistes será peor!

¿Con qué frecuencia “sufres” el mal del puerco?