Tu confianza y credibilidad serán claves
para buscar un mejor salario.
3 buenos momentos para pedir un aumento de sueldo
El inicio de cada año es una invitación hacia el optimismo. La última encuesta realizada por OCCMundial en el 2014 reveló que el 62 % de los profesionistas mexicanos desean mejorar su vida personal, y para lograrlo piensan que incrementar su sueldo es la vía más factible.
Trasladar esas expectativas al mundo de carne y hueso es un poquito más ambiguo: hablar de dinero y, sobre todo, de ganar más no es algo que se negocie todos los días en el trabajo; y querer una remuneración más alta no siempre significa querer un nuevo empleo.
¿Pedir un aumento?, ¿cómo?, ¿cuándo? Sabes que tu talento puede recompensarse mejor pero no sabes exactamente la manera de argumentar eso frente a tu jefe. En estas situaciones, la confianza y la credibilidad que muestres son clave. Necesitas un plan para lograrlo, aquí lo tienes:
Reuniendo información
- Crea un documento en el que redactes todas las actividades que realizas, los logros que has tenido en los últimos meses o las metas que has cumplido. Te ayudará a organizar muchas ideas sobre tu desempeño en acciones concretas y sabrás tus puntos fuertes en el puesto.
- Investiga: ¿existe alguna política de compensaciones en tu empresa? ¿Tus compañeros de área ya han hablado de este tema con los superiores? ¿Cuánto se percibe en otras organizaciones en una posición similar? (Revisa las vacantes de OCCMundial para averiguarlo.) Debes saber las reglas del juego para llegar con una propuesta razonable y bien fundamentada.
- Practica: la incertidumbre genera estrés. Piensa en qué podrían preguntarte cuando expongas tus motivos y también piensa en las posibles respuestas. Si vas un paso adelante, tendrás más seguridad al momento de contestar.
“Listo, ¡quiero un aumento!” Presenta tus motivos
Esperar el momento perfecto para charlar de este tema es igual de estéril que no hacerlo nunca. Ya tienes la información y ahora debes presentarla. Puedes preparar el terreno con tu jefe enviándole un correo y solicitándole una reunión o de manera personal ir y pedirle el tiempo. ¿En verdad no crees que sea oportuno? Hay situaciones que te dan una pauta magnífica para proponer un incremento de sueldo:
- Cuando asumes nuevas responsabilidades. Si un compañero renunció y asumes algunas de sus funciones, tienes un buen argumento a tu favor.
- Cuando resolviste un problema importante. ¿Te hiciste responsable de una actividad que generó o le ahorró dinero a la empresa? Tienes otro argumento a tu favor.
- Cuando completas proyectos/metas desafiantes también tienes un argumento a tu favor.
(Si la empresa está pasando por recortes de personal o reducción de costos, tal vez no sea la ocasión ideal.)
“Me dijeron que no, ¿ahora qué hago?”
Encontrar una respuesta negativa no debería estar en tu mente; sin embargo, sabemos que es posible. Quedarse callado, molestarse y no pedir retroalimentación es lo menos recomendable; al contrario: ese es un nuevo punto de partida para seguir negociando. Hay preguntas que te orientarán para el futuro:
- “¿Qué hace falta en mis actividades para obtener ese aumento?
- “¿Hay posibilidad de un bono bimensual o trimestral?”
- “¿Podría aplicar a otro puesto de mayor jerarquía?”
Liz Ryan, directora y fundadora de la institución Human Workplace, aconseja: “Es posible que no obtengamos exactamente lo que pedimos, o tal vez no la primera vez que lo proponemos, pero tenemos que saber lo que valemos y ser capaces de defenderlo. Tenemos que ser capaces de negociarlo de la misma forma en que negociaríamos la compra o la venta de una casa o de un automóvil”. (Fuente: BBCMundo.)