Romance en la Oficina. Lo malo, lo bueno y lo feo para las empresas

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 En la mayoría de las empresas surgen relaciones amorosas. Descubre qué impacto tienen en tu negocio.

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Que las personas se relacionen sentimentalmente en el trabajo no es nada nuevo. Sencillamente pasamos en la oficina gran parte de nuestras vidas y a menudo la convivencia diaria con un colega, se convierte en algo más. De acuerdo con una investigación realizada por la Society for Human Resource Management de Estados Unidos, 43% de los profesionales de Recursos Humanos reportaron romances en su lugar de trabajo.

Pero ¿cuál es la postura que deben adoptar las empresas? ¿cómo afectan las relaciones de oficina la dinámica de trabajo? ¿cuál es la percepción de los trabajadores? Existe más de un punto de enfoque.

Lo malo

Cuando dichas relaciones involucran a un supervisor y uno de sus subordinados, el resto del equipo puede percibir favoritismos en temas como proyectos asignados, ascensos o aumentos de sueldo, que pueden afectar el ambiente de trabajo. Aunado a esto, las relaciones en el trabajo están bajo la lupa de estrictas leyes sobre acoso laboral, que deben atenderse y pueden poner en riesgo la estabilidad del negocio.

Otro aspecto negativo son los rumores. Cuando surge un romance es difícil que otros colaboradores no lo noten. De inicio, la pareja involucrada puede sentirse atacada o molestada por las murmuraciones.Un riesgo es que el rumor llegue a clientes o proveedores y afecte de manera negativa la imagen de la organización.

En cuanto al desempeño diario, una relación entre miembros de un equipo que acaba en malos términos puede generar un ambiente incómodo, disminuir la productividad y dificultar la colaboración y el trabajo en equipo.

Lo bueno

De acuerdo con una encuesta realizada en 2012 por la empresa de reclutamiento Workplace Options, 84% de los trabajadores entre 18 y 29 años –llamados también millennials– estarían dispuestos a tener una relación con un colega. Entre las personas entre 30 y 46 años el porcentaje fue de 36% y solo 29% entre los de 47 a 66.

Además, 40% de los millennials dijo que no tendría problema en salir con un supervisor. El 71% de esta generación de trabajadores piensan que hay aspectos positivos de relacionarse sentimentalmente en el trabajo, como elevar la productividad y la moral. 57% de ellos hablan de sus romances laborales con sus colegas.

“Los trabajadores mayores crecieron en el tiempo en que salir con gente del trabajo era considerado realmente dañino, y tenían claro que una vez que obtenían un buen trabajo no querían perderlo” afirma la presidenta de Workplace Options, Dean Debnam.

Pero para los más jóvenes, el escenario no es el mismo. En 2012 una encuesta del sitio CareerBuilder reveló que el 38% de los trabajadores habían salido con un colega al menos una vez. 31% conoció a su actual pareja en el trabajo.

Quizá ante una posición más abierta entre los trabajadores, convenga una valoración más positiva desde las empresas, orientada a establecer reglas claras que beneficien tanto a empleados como a la organización. Si bien es cierto que la vida privada de los empleados no es un terreno en el que la empresa pueda intervenir, un romance laboral se convierte en un asunto de negocios, puesto que puede influir en la dinámica de trabajo.

Lo feo

Cuando las empresas prefieren ignorar estas situaciones se corren riesgos:

-Baja productividad

-Comportamientos inadecuados en el lugar de trabajo

-Quejas sobre favoritismos o trato preferencial

-Demandas laborales

La directora del Society for Human Resource Management’s HR Knowledge Center, Margaret Fiester, asegura que es poco realista pensar en prohibir los romances de oficina, sin embargo, es importante que cada compañía establezca una política clara en este sentido y la haga del conocimiento de sus empleados.

Un estudio de la asociación encontró que las políticas sobre romances laborales se han hecho cada vez más comunes. En 2013 42% de las empresas comunicaron verbalmente o por escrito las reglas sobre este tema, casi el doble de las empresas que lo hicieron en 2005.

Reconocer que las relaciones de oficina son situaciones comunes en la dinámica laboral, así como analizar el impacto de estas en un negocio particular, permitirá a las empresas determinar cuáles son las conductas toleradas entre los empleados y cuáles no. A partir de este ejercicio se pueden establecer políticas claras para generar un ambiente de trabajo saludable, y prevenir problemas relacionados con acoso sexual o favoritismo.

¿Hay una política definida sobre este tema en tu organización? Comparte tus comentarios.