¿Cómo redactar un CV si eres freelancer o académico? ¡Te damos tips!

Conseguir un empleo de jornada completa puede ser difícil para un freelancer. Los (aparentes) periodos de “inactividad” o falta de longevidad en un puesto pueden ser factores de descarte para los reclutadores. Misma situación sucede con personas que han pasado la mayor parte de su vida laboral en un entorno académico (con ingresos mediante becas).

El primer obstáculo es hacer un CV atractivo que cumpla con los requisitos de un empleo convencional. Para muchos reclutadores, la tardía falta de experiencia es un “inconveniente” (en casos extremos, hasta un recién egresado puede ser descartado por no contar con experiencia).

El principal reto es presentar la trayectoria académica como notoria y no dispersa (con trabajos ocasionales). En estos casos, el aprendizaje extracurricular es importante, ya que son una fuente de habilidades que las empresas solicitan. Cursos, seminarios o coloquios brillarán en tu CV. También, las certificaciones de conocimientos (como los idiomas o manejo de programas) podrían destacarse en el documento.

A continuación, compartimos algunas recomendaciones para tener un CV competitivo:

Categorías variables. A diferencia de un CV convencional, la ponderación de los datos varía. Se sugiere destacar alguna de las siguientes: tipo de actividad, tipo de proyecto y relevancia profesional.

Se pueden incluir otras variables notables como: periodo de planeación (si era una investigación, por ejemplo),  distribución o alcance (en ocasión no es importante el empleador sino el medio), impacto, sustentabilidad y oportunidades de negocio.

Optimiza tus redes sociales y asume el status de “voz institucional” (traslada el modelo social media de LinkedIn a Twitter y Facebook). Necesitarás una imagen digital altamente profesional. Una vida freelancer y académica suponen la existencia de una “marca personal”.

Destaca la rapidez y calidad. Ya que no contarás con cartas que den referencia de tu trabajo en equipo (en ocasiones, ni siquiera cuentas con métricas del trabajo entregado), los reclutadores buscan indicios sobre la prontitud y destreza para resolver problemas (esas son tus habilidades a destacar).

Promociona tu cartera de clientes y tus colaboraciones. Una vez que has decidido iniciar carrera profesional freelancer, tus contactos se vuelven el mejor atractivo, ya sean como referencia o herramienta para desarrollar alguna tarea en tu nuevo empleo.

Tus colaboraciones deben ser detalladas y contar con registro; esas aportaciones pueden conformar un portafolio. En ocasiones un book o una presentación son más efectivos, porque dan cuenta al reclutador sobre tus logros.

La cronología no importa, jerarquiza según la relevancia. Da mayor estatus a la mejor de tus contribuciones. El orden de tu experiencia deberá cambiar según  la vacante a la que te postules. Además, el objetivo sólo es necesario si tu trayectoria laboral no tiene demasiada coherencia con la vacante a la que te postulas.

No te preocupes por los los “aparentes” lapsos de inactividad. Si lo deseas, escribe pequeñas anotaciones que expliquen tus actividades durante ese tiempo (no ocupes demasiado espacio, lo ideal es no incluir información de relleno).

Ejemplo: Hugo Pacheco es sociólogo y egresó hace diez años de la carrera y desde entonces se ha dedicado a la vida académica.
Durante todo ese tiempo, sus ingresos los ha obtenido a partir de becas y de la venta de sus investigaciones. Además, sus conocimientos le han servido para escribir artículos para varias revistas reconocidas.
En 2018 no obtuvo la beca que solicitó y ahora necesita un empleo de jornada completa. Esta es la propuesta para postularse como editor, según los tips del artículo.

 

¿Consideras una desventaja la trayectoria laboral 100% freelancer?