¡El primer psicométrico en una entrevista de trabajo es tu ropa!

La mayoría de las veces, tu outfit puede convertirse en el primer psicométrico y socioeconómico para obtener un empleo. Dejando de lado toda intención discriminatoria, la información que arroja tu imagen puede dar un perfil sobre ti a los reclutadores.

De acuerdo con Kate Nightingale de Style Psychology, para Grazia, la decisión de vestir una chaqueta u otra está influenciada por el entorno en el que crecimos (mientras se construye la identidad de un individuo).  Al ser la vestimenta un aspecto tan importante de nuestra personalidad, es inevitable que forme parte importante de la comunicación no verbal (junto a los gestos faciales y de manos).

Aunque existen exageraciones como el 93% de lenguaje no verbal, lo cierto es que algunos estilismos en tu outfit pueden revelar (o enviar un mensaje erróneo) sobre tu personalidad; desde inestabilidad emocional (por una corbata demasiado ajustada) o irresponsabilidad (debido a un traje de talla grande).

La primera regla de oro es: viste ropa de tu talla. Antes de preocuparte por los detalles específicos de la psicología del vestido, cumple con este requisito. Portar un traje sastre más grande o de talla reducida enviará un mensaje de informalidad.  Debes lograr la neutralidad en tu vestuario.

El dilema del comunista con frac

El outfit que lleves a una entrevista de trabajo depende del puesto. Vestir un grado de formalidad superior o menor al requerido puede ocasionar problemas de incoherencia entre tu perfil y el puesto al que aspiras. Ejemplos de estos errores de cohesión son: portar traje para un puesto de servicio social, vestir casual business por una oferta gerencial o ser formal al aplicar para una startup. Esto también se relaciona a cuestiones de autoridad.

El efecto es parecido al de un profesionista con doctorado postulándose a una vacante de becario o un recién egresado exigiendo el salario de CEO. En ocasiones, de forma inconsciente, los reclutadores consideran esta “disociación” de vestuario-puesto según el trabajo en equipo (donde el nivel de autoridad no puede ser mayor o menor al solicitado en la vacante).

En empresas con valores determinados por la política o la religión, este análisis del vestuario se lleva al extremo. En estos casos, puedes jugar un poco con los accesorios de tu outfit. Por ejemplo, si aplicas para laborar en un periódico de izquierda, agrega a tu vestimenta toques alternativos (gafas de pasta, pulseras discretas o algún estampado llamativo). Es decir, como el CV, tu vestuario nunca debe ser el mismo para dos entrevistas.

¿Por qué no se debe usar negro?

En el caso de los hombres no es la mejor opción, por su relación con la autoridad. Este color sólo es oportuno para puestos de CEO o cualquiera que implique una gestión de personal. Además, la etiqueta limita su uso para eventos después de las 7pm. El gris oxford y azul marino son los indicados para cualquier entrevista. (NOTA: Jamás uses café, porque resta autoridad).

En el caso de las mujeres, el código es más permisivo; incluso, el negro o el blanco se convierten en la mejor opción, porque coloca a la candidata en el mismo estatus de poder de los reclutadores (no olvidemos que en muchos sectores prevalece la desigualdad de género).

El uso de patrones en la ropa es otro aspecto delicado: su exceso denota falta de liderazgo y su ausencia conservadurismo y autoritarismo. Por tal motivo, el “traje”, camisa y blusa deben estar limpios de patrones (siempre en telas delgadas). En cambio, los accesorios (corbatas y pañoletas) pueden llevar  grabados simples (líneas, cuadrados, círculos, etc.).

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Los accesorios como signo de inmadurez

Según antropólogos, la humanidad tiene mayor dependencia a los accesorios que a la ropa (existen civilizaciones desnudas pero ninguna que no decore su cuerpo). Según el psicólogo James Sully, el uso de joyería se relaciona a una permanencia del gusto infantil (y primitivo) por los adornos.

En una entrevista de trabajo, donde eres un desconocido para el reclutador, la saturación de joyería (collar, pendiente, reloj, pisacorbatas, mancuernillas, broches, etc.) puede enviar el mensaje de “inexperiencia” para la solución de problemas (además, son distractores). Un consejo es prescindir de ellos o portar accesorios pequeños.

La ropa como socioeconómico y detractor de aspiraciones

Esto se evalúa a partir de la imitación e impostación de moda, tendencias y estilismos. El enfoque más básico es que tu outfit permite realizar un socioeconómico parcial y obtener un panorama cultural del  candidato. Esto es a partir de dos conceptos: los efectos de goteo y burbujeo de la moda (nacidos a inicio del siglo XX).

El goteo (trickle-down) es cuando ciertos estilismo nacidos en clases adineradas son imitados por la clase media y el burbujeo (trickle-up) es una apropiación de lo underground por parte de la clase alta. Vestir cierta firma (original o imitación) puede enviar un mensaje sobre tus verdaderas pretensiones económicas y el sector económico al que perteneces.

Cuando la ropa no indica ningún aspecto socioeconómico, se presenta el efecto a través del chorro (trickle-across); porque la moda no se determina mediante la clase social sino a partir de la identidad e ideología.

No obstante, este tipo de lectura lleva consigo un conjunto de estereotipos discriminatorios. A esto se debe la segregación por uso de tatuajes, perforaciones, cortes de cabello, etc., ya que se asume su porte a una alineación a ideas. Actualmente, los departamentos de RRHH son más permisivos con estos aspectos, aunque aún existen casos de discriminación, mayoritariamente en ambientes corporativos.

En resumen, todos estos criterios son demasiados complejos para ser usados por los reclutadores, pero inconscientemente pueden determinar la imagen que los empleadores construyen sobre los candidatos.

¿Consideras que estos aspectos pueden determinar la decisión de un reclutador?

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