Mereces consentirte para aliviar el estrés, pero… ¿cómo?

consentirte para aliviar el estrés

“El estrés”… ¿has pensado cuántas veces en tu semana mencionas esta palabra?

Quizá no te des cuenta, pues se ha convertido en una palabra común en nuestro vocabulario de todos los días: “Cuánto estrés”, “estoy estresado”, “urgen unas vacaciones contra el estrés”, “me estresó mi novi@”, “me estresé en el trabajo”, etc.

Sin embargo, ¿te has puesto a pensar qué es realmente el estrés y cómo funciona? El estrés no es simplemente un sentimiento de inquietud o angustia; el estrés tiene un trasfondo mucho más profundo que esa tan conocida sensación de molestia.

Por definición, el estrés es una tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.

Está comprobado que el estrés no es algo inventado, y, como la mayoría de las cosas, tiene una explicación y su razón de ser. Pero no te preocupes,  aquí te daremos varios tips que te ayudarán a consentirte para ¡combatirlo!

Partiendo de que vivimos en un mundo tan acelerado y lleno de situaciones que nos pueden provocar este tipo de sensación, los motivos sobran para sentir que no  podemos librarnos tan fácilmente de esta tensión.

Para que los tips que te daremos sean muy eficaces, lo primero que hay que hacer, según los especialistas, es desconectarnos.

Sí, literalmente, desconectarnos…  como si estuviéramos apartando nuestro cuerpo y mente de la fuente de electricidad; de tal forma, que no tengamos ningún distractor que ocupe nuestra mente con emociones y/o pensamientos negativos.

Es común que muchas veces nos sintamos culpables por consentirnos, ¡como si no lo mereciéramos! Es momento de hacer una pausa en las actividades, dedicarnos  más a una misma y así mejorar nuestra calidad de vida.

  • Haz ejercicio. Los especialistas dicen que el ejercicio hace que el cuerpo responda al estrés de forma superefectiva. Con el ejercicio, el cerebro libera endorfinas y ellas aumentan nuestra sensación de bienestar. Esto se suma a todos los beneficios que el ejercicio nos da. De hecho, si no tienes mucho tiempo y la jornada laboral es muy larga y te impide dedicarle mucho tiempo, no te preocupes: sal a caminar al menos 30 minutos diariamente, ello te sentará fabuloso interna y externamente.

  • Consiéntete con una mascarilla facial. El estrés también puede afectar tu rostro. El surgimiento de ojeras por largos desvelos, la piel muy grasa o reseca y muchas otras señales deberían darnos la señal de alerta para cambiar nuestros patrones, pues en vez de menospreciarlos deberíamos poner un correctivo. Recuerda que el rostro es una parte muy importante de nuestra imagen, es nuestra carta de presentación, así que mejor relájate y… ¡no lo descuides!

    • Un masaje o un automasaje. dedicándole pocos segundos, puedes eliminar por completo el estrés. Aplica un poco de aceite corporal y masajea cara, cuello, hombros, brazos y piernas. Haz movimientos circulares y generando presión sobre los músculos. Notarás mejoría inmediata.
    • Usa menta en la regadera. Aplica una gota de esencia sobre tu cabello mientras te estés bañando. El aroma que tendrá tu regadera hará que te sientas superrelajada. Esto lo puedes hacer por la mañana y, si es por la noche, la lavanda funciona muy bien.

  • Duérmete una hora antes de lo habitual. Aunque suene un poco complicado, puesto que muchas veces tenemos muy medido el tiempo, incluso ya habiendo terminado la jornada laboral. Los expertos recomiendan dormir entre 7 a 8 diarias. Si eres de las personas que no logran dormir lo suficiente, por lo menos intenta recorrer tu horario de sueño una hora antes. Verás como ese pequeño extra hará que despiertes con menos estrés y más energía.

Aunque no parezca a simple vista, si sigues estos pequeños tips que no requieren mucho pero aportan demasiado, notarás cómo efectivamente reducirás el estrés presente así como el ya acumulado.

Pon una pausa y haz un alto en tu camino, regálate un poco de espacio para ti lo más frecuente que puedas. Y aprovecha estos pequeños detalles que tanto te mereces.

(Por Denise Kusher, autora en Tuiris.com)