El arte de ser reclutador

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¿Qué tan importante es conocer el talento que estoy contratando, más allá de la descripción del puesto?

Es muy común en las empresas tener un área de reclutamiento completamente deslindada del
impacto operativo y las responsabilidades profundas de los puestos que cubren. 

Como consultor en OCCMundial tengo la oportunidad de hablar a diario con muchos reclutadores que necesitan mi ayuda para poder encontrar el candidato que están buscando. Ello me da la oportunidad de identificar problemáticas y retos que todos los días desafían mis clientes para poder encontrar a la persona indicada con la experiencia requerida, en el tiempo necesario y que acepte las condiciones ofrecidas. ¿Suena a misión imposible? A veces lo es.

El objetivo del reclutador no es encontrar muchos candidatos que se apeguen al perfil, sino contratar al candidato que realmente proponga valor y cumpla con los objetivos requeridos en el puesto ofrecido, y aquí es cuando la trama se complica. Creo que muchas veces el problema no es que el reclutador no encuentre lo que esté buscando, sino que a veces no sabe lo que está buscando.

Permítanme exponer un ejemplo: Cuando doy una sesión de consultoría, lo primero que pregunto es ¿Qué necesitamos del candidato que estás buscando? Cuando la respuesta es una bonita y bien detallada lista de requisitos, palomita para el reclutador por haber encontrado la descripción de puesto; pero creo que aún no entiende qué es lo que está buscando. No sabe cómo piensa el candidato que está buscando, qué intereses laborales tiene, qué elementos de su experiencia lo destacan de la competencia, etc. Aún no entiende que no reclutamos requisitos y funciones… contratamos personas con talento.

 

 

Por el contrario, cuando hago la misma pregunta y la respuesta es una explicación de lo que va a estar haciendo la persona, de qué se trata su puesto, cómo lo va hacer y con qué –todo esto como si me lo estuviera explicando el mismo supervisor del puesto vacante– entiendo que ese reclutador sabe lo que está buscando. Así es más fácil encontrar diferentes formas de llegar al candidato requerido, y no sólo eso, sino que además estoy seguro de que la terna que proponga será conformada por talento excelente y bien seleccionado.

Si no hacemos un análisis de lo que debe conocer el candidato, el impacto que sus funciones tendrán en la empresa, la importancia operativa de cada uno de sus conocimientos y el perfil conductual necesario para desempeñarse trascendentemente en el puesto que piensas cubrir, realmente no hemos entendido el arte de ser reclutador. En el escritorio no encontraremos esa información; tenemos que preguntar a supervisores y peers, empaparnos del puesto, investigar a fondo las funciones y convertirnos en especialistas de la vacante que necesitamos cubrir.

Invito a mis colegas a que asumamos la responsabilidad que tenemos en cada proceso de reclutamiento y selección, y aprovechemos la oportunidad de inyectar valor a la empresa; desde recepcionistas a gerentes, de vendedores a contralores. No seamos reclutadores de personas, sino vinculadores de carreras. Dominemos el proceso…

Hagamos arte cada vez que digamos “felicidades, has sido seleccionado para cubrir el puesto”.

 

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