Terminar la relación laboral con una empresa es muy común en la vida profesional.
Revisa cómo prevenir que esto sea un obstáculo en tus siguientes contrataciones.
El despido es un proceso muy común en la vida profesional y nunca estamos a salvo de enfrentarlo. Ya sea debido a un recorte de personal o porque nuestro empleador ya no está feliz con nuestro trabajo, es una posibilidad latente para empleados de todos los niveles.
Como parte de nuestra historia laboral, ser despedido puede ser un obstáculo para ser contratado de nuevo: la mayoría de las empresas nos cuestionarán sobre los motivos para dejar nuestro empleo anterior, y es ahí cuando es necesario dar explicaciones y nos sentimos angustiados ante la posibilidad de ser rechazados.
Anticipándonos a los escenarios posibles podemos suavizar los efectos del despido en nuestra carrera y encontrar nuestro siguiente empleo sin tantas complicaciones. Toma nota de estas sugerencias:
Puede pasarle a cualquiera
En el ámbito laboral un despido se asocia con fracaso, sin embargo, hasta las personas más exitosas han atravesado por una situación similar. Ser despedido es algo común y puede tener muchas causas.
Si consideras que tu trabajo no fue valorado y que el despido está relacionado con factores ajenos a lo profesional, piénsalo un poco y te darás cuenta de que en realidad te hicieron un favor; ahora podrás buscar una oportunidad en una mejor empresa.
Cuando una compañía busca reducir costos o está en crisis, recurrirá al recorte de personal como primera medida. En este caso es importante evaluar su tu desempeño era sobresaliente; si la respuesta es no, sin duda representa un área de oportunidad que vale mucho la pena trabajar.
Mientras más pronto logres controlar tus emociones más rápido estarás en condiciones de superar esta crisis.
Analiza qué sucedió
Para poder manejar el tema con un reclutador, sin que impacte de manera negativa en su percepción es necesario que te des un tiempo para analizar qué fue lo que sucedió de manera racional.
Haz un recuento de los hechos, hazte estas preguntas: ¿cómo fue mi desempeño durante el tiempo que trabajé en X empresa? ¿pude haber sido un mejor empleado?, ¿fue injusto mi despido? ¿cuáles fueron mis fallas?
Responde cada una de esas preguntas con honestidad, enfócate sólo en los hechos.
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Rescata lo positivo
Una vez que lograste analizar lo sucedido serás capaz de encontrar lo positivo en medio de la crisis. Por ejemplo, tal vez descubres que la cultura de la empresa no encajaba con tu personalidad, y eso te impidió tener un desempeño sobresaliente; o tal vez te das cuenta de que te faltaron habilidades de comunicación para expresar desacuerdos, y que ese factor afectó poco a poco tu trabajo.
Aún y cuando estés convencido o convencida de que fue una injusticia, debes ser capaz de admitir si fuiste en parte responsable y aprender la lección.
Los profesionistas más exitosos son aquellos que logran encontrar una oportunidad en cada contrariedad.
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Consigue referencias
Para poder ser contratado de nuevo es muy posible que necesites referencias laborales, y es importante aclarar que ser despedido no significa que no puedas obtenerlas.
Lo ideal es tocar el tema en el momento en que te anuncian tu despido, lo más sano es preguntar a tu jefe cuáles son los motivos del despido y cuáles son las áreas de oportunidad que identifica en tu trabajo. Con esa disposición de nuestra parte podemos esperar que nuestro jefe proporcione referencias –si no positivas- al menos neutrales.
Intenta negociar con tu ex jefe o departamento de Recursos Humanos que te extiendan una carta de recomendación, tal vez te la nieguen, pero ¿pierdes algo con intentarlo? En ocasiones para la empresa es conveniente cerrar sus relaciones laborales en los mejores términos.
También puedes solicitar que al menos, de ser contactados, confirmen que trabajaste ahí y por cuánto tiempo.
Si nada de esto funciona y la relación con tu ex jefe está muy dañada acércate a otras personas de tu equipo que puedan servirte de referencia: colegas, jefes de otros departamentos y clientes pueden ser una excelente opción, asegúrate de conservar ese tipo de contactos para el futuro.
Prepárate para responder ¿Por qué dejaste tu empleo anterior?
Para contestar asertivamente el primer paso es aceptar y entender lo que sucedió y dejar fuera de tu discurso cualquier emoción de enojo, frustración o ira. Si llegamos a la entrevista enojados con nuestro ex empleador, el reclutador no necesariamente va a entendernos, a la empresa no le interesa si ‘ellos’ fueron muy injustos o te trataron mal. Una persona que es incapaz de superar una crisis como el despido y que acumula rencor contra su ex empresa nunca será un candidato atractivo.
Tampoco hables demasiado, limítate a dar una respuesta corta y simple como: ‘Considero que no encajaba con la cultura de la empresa’ , ‘La empresa atravesó una crisis y mi departamento fue eliminado’ o ‘Redujeron el presupuesto en el área X de modo que prescindieron del servicio de quienes realizábamos X actividad’
Minimiza la importancia de tu despido y el reclutador también lo hará, sobre todo si te enfocas en destacar los detalles relevantes de tu experiencia y competencias.
Ser despedido puede ser una oportunidad para evaluar tu vida profesional, preguntarte si estás tomando la dirección correcta y saber si realmente disfrutas lo que haces. En ocasiones un despido puede deberse a falta de motivación en nuestro trabajo y es entonces cuando hay que aprovechar la posibilidad de cambiar de rumbo o iniciar un proyecto nuevo.
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