Esta semana, destacó entre las noticias del mundo laboral el caso de Carlos Duarte, un joven argentino de 21 años que consiguió empleo en menos de 96 horas con un CV escrito a mano (iralizado en Facebook). Dejando de lado el factor social media, lo inspirador del CV a mano se resume en la frase final de la publicación:
“Qué importa que no tenía para imprimir, si lo que quiere y necesita es trabajar”
En muchos casos, se ahonda tanto en la mecánica de un proceso de selección, que se deja de lado un aspecto importante del Capital Humano: el candidato como persona (ella jamás cuestionó si Carlos era capaz o no de trabajar en su establecimiento).
El primer día de trabajo del chico que escribió a mano su CV: “Cuando cobre le haré un regalo a la chica que me ayudó” https://t.co/fsvlActKah pic.twitter.com/o3oQhGxSpI
— Clarín (@clarincom) 27 de septiembre de 2018
La mayoría de las veces, los procesos de selección evalúan el cumplimiento o incumplimiento de requisitos (en lugar de impulsar su desarrollo dentro de la organización). En cambio, Eugenia sólo destaca las “virtudes” de la presentación de Carlos (no menciona ningún punto negativo) y el CV “improvisado” no es tomado como una desventaja sino como una demostración de sus aptitudes.
Por otro lado, Carlos es también un ejemplo de perfeccionamiento de habilidades (dentro de lo posible). La imagen “prolija” es muy parecida a un “perfil profesional” de LinkedIn. En su esfuerzo por conseguir el empleo, Carlos (sin darse cuenta) se convirtió en la mejor versión de sí mismo (lo suficiente para atraer a un posible empleador). La lección es “competir contra sí mismo”.
¿Los pequeños negocios dan más oportunidades laborales?
La respuesta de Eugenia es un síntoma del actual panorama. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Recursos Humanos (Amedirh), 72% de los cargos son creados por las pequeñas y medianas empresas. Según la publicación, las grandes organizaciones no asumen su responsabilidad social de impulsar nuevo talento.
En el polo opuesto, las PYMES tienen una mayor apertura hacia el crecimiento profesional de sus colaboradores (debido a la proximidad de sus equipos de trabajo). El déficit en la calidad del Capital Humano se debe a un mal impulso de las carreras de los empleados (en beneficio de la organización).
Por ejemplo, según el post de Facebook, de existir un lugar disponible, Eugenia habría contratado a Carlos no sólo por su “pulcritud”; también, el interés por ayudarlo a mejorar su calidad de vida habría sido un factor de contratación. En resumen, las grandes empresas deberían aprender más de las culturas organizacionales de los pequeños negocios; es decir, procurar más empatía por las historias de vida de los colaboradores.